Apitiké

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Nuevo servicio para escritores

lunes, diciembre 31, 2007

Felicidades

Pues eso, felicidades.

Y a todos los demás.

sábado, diciembre 29, 2007

Casi cien mil, pero no Hijos de San Luis.

Con la maleta preparada para escaparme hacia al mar a recibir el año con la brisa del Cantábrico, entro en mi blog y miro las estadísticas. Apenas quedan ciento treinta visitas para llegar a las cien mil. Como supongo que ese importantísimo evento ocurrirá mientras me encuentro fuera (y no sé si con ganas de escribir), lo celebro brindando con vosotros con un culín de sidra. Como regalo, y para dejar constancia de que en eso de mirar las estadísticas no me diferencio de cualquier bloguero, os dejo con unas divertidas viñetas de Mauro Entrialgo. Ya sabéis que tenéis que pulsar sobre la imagen para ampliarla (también la de Penélope Cruz ;-)).

Ah, y si no nos vemos antes, ¡Feliz año!

viernes, diciembre 28, 2007

Nueva incorporación

Se supone que no puedo contar nada, pero como seguro que la cadena empieza a contarlo a bombo y platillo, yo no me puedo aguantar las ganas de dar la noticia. Tenemos una incorporación firmada para la nueva temporada de Hospital Central. Y es nada más y nada menos que : ¡Penélope Cruz!

Ya está, puede que me cueste el despido, pero no soportaba tener que andar siempre sin poder decir nada y después la noticia sale en todos sitios. Esta vez me he adelantado.

ACTUALIZACIÓN: En los comentarios, la gente piensa que esta entrada es una inocentada. Para que veáis que no, os dejo el enlace de un medio que ya ha dado también la noticia. Para leer los detalles, tenéis que pulsar aquí. (Gracias por el dato, anónimo).

jueves, diciembre 27, 2007

No dejéis que los niños se acerquen a él

Hace tiempo que no me meto con la Iglesia, pero es que hoy me lo han puesto a huevo. Los obispos son su clase dirigente, los Ministros de la Iglesia. ¿Alguien se imagina que le preguntaran a Rubalcaba, por poner un ejemplo, sobre el abuso de menores y dijera: "Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y además, deseándolo, incluso si te descuidas te provocan"? La que se armaría, ¿no? Pero si lo dice un obispo, salen un par de titulares en prensa, y a los dos días todos nos olvidamos.

A gente con altos cargos que asegura que el abuso a menores se produce porque los niños lo consienten, habría que apartarlos rápidamente de sus cargos, enviarlos a un psicólogo y registrar su casa en busca de pruebas. Y la Iglesia debería darse cuenta de una vez que hay que dejar que sus curas follen como adultos responsables que son, se acabaría con bastantes males.

Lu me ha enviado el enlace a la entrevista completa en los comentarios. Aquí os la dejo.

miércoles, diciembre 26, 2007

lunes, diciembre 24, 2007

Más espíritu navideño

Para que no digáis que os trato mal, aquí os dejo un regalito de Navidad.

Espíritu navideño

Hace sólo dos días hablaba sobre la vuelta a casa por Navidad. Ayer quedé con una amiga para tormar unas cervezas y ponernos al día sobre nuestras vidas, cuando, sin buscarlo, nos encontramos con una típica noche navideña. Estando en el bar, vimos aparecer a varios amigos que habíamos dejado de ver hace bastantes años, amigos de la época del instituto con los que habíamos ido perdiendo el contacto. Nos dio mucha alegría volver a vernos. Lo curioso era que dos de ellos viven en Madrid desde hace varios años. Al poco, aparece por la puerta otra amiga de la misma época. Nuevos besos y abrazos y, oh, curiosidad, también vive en Madrid.

Lo que iba a ser una salida de un par de cervezas o tres se convirtió en una noche de cerrar los bares y conversaciones sobre hechos que ocurrieron hace ya más de veinte años. Comienza a fraguarse una quedada en Madrid (e incluso se habló de organizar un encuentro a gran escala para el año que viene). Para que después digan que eso de la Navidad son chorradas.

sábado, diciembre 22, 2007

CHRISTMAS

Tu primer año en Madrid, con 18 añitos (y creyéndote todo un hombre), lejos de casa, lejos de la familia, la aparición en la tele del anuncio de los turrones El Almendro te provocaba unos tremendos lagrimones que no dejabas brotar (por eso de que te creías todo un hombre). Después las clases en la facultad se acababan, cogías la maleta de cuero, el Rápido que tardaba ocho horas entre Madrid y Lora del Río (aún faltaban algunos años para el AVE, pero el Rápido, al menos, te dejaba en tu pueblo) y aparecías con todas las fiestas por delante. Aquí estaban tus amigos de toda la vida, tus padres, tus hermanos, tus primos, tu primo de Torrejón, que ahora más que nunca se había convertido en un hermano más porque vivías cerca, y pasabas dos semanas en la que no se podía disfrutar más.

Hoy he llegado de nuevo al pueblo. Sigue dando alegría volver, la familia sigue aquí, pero ya hace veinte años que tenía dieciocho (me falta poco para igualar la canción de Serrat). El anuncio de El Almendro ya no provoca lo mismo, las burbujas de Freixenet se han jubilado, el AVE me trae a Córdoba en hora y media y de Córdoba a mi casa llego en otros cincuenta minutos,... pero al menos hay algo que no cambia nunca: el Gordo de la Lotería sigue sin tocar. La fiesta ha comenzado.

¡¡FELIZ NAVIDAD!!

viernes, diciembre 21, 2007

Llegó el chute de invierno: la nueva literatura

Hace poco menos de dos años llegó a mis manos el primer volumen de la saga Canción de Hielo y Fuego. Esta misma mañana, por fin, he podido conseguir el cuarto: Festín de Cuervos. Un libro que trata de algo tan manido y tan antiguo como las luchas de poder, los dragones, la lealtad y la deslealtad, la pérdida, la traición... podía tener éxito o no tenerlo. El caso es que la acogida de esta saga es espectacular. Para entenderlo, Álex de la Iglesia da la clave en la breve presentación de esta cuarta entrega. Copio el primer párrafo, bastante esclarecedor:

¿Hace cuánto tiempo esperábamos algo así? Una saga inteligente, atractiva, formidablemente escrita y dotada de una capacidad adictiva superior a la de la metanfetamina. ¿Cómo puede ser un éxito de ventas una obra que parece más extensa que la Biblia de Jerusalén? ¿Por qué es imposible dejar de leer? ¿Por qué te arrastra la historia como un proyectil teledirigido? ¿Cuál es el secreto? George R. R. Martin no es un escritor como los demás. Su fuente de inspiración no proviene tan sólo del mundo de la espada y la brujería, ni del universo Tolkien, ni siquiera de la ciencia ficción. Tampoco se trata de una profunda investigación sobre la Inglaterra feudal y la guerra de las Dos Rosas. Su motor es otro. Estoy hablando de la televisión por cable.

No me digáis que no es una manera genial de empezar a presentar un libro. No os reviento el resto, igual de jugoso. Ya hace dos años comparé la estructura de la novela con un capítulo de una serie.

Además, el propio autor cita en los agradecimientos a lectores (más bien fans) que le envían correos, e incluso reconoce que estos fans conocen las novelas y el mundo creado mejor que él mismo y confiesa que gracias a una página no oficial, Westeros, ha podido mantener la coherencia de la serie. Internet.

Así que aquí tenemos la clave del éxito de esta nueva literatura. Una historia perfecta que tiene en cuenta los gustos del nuevo público. Tal vez si los chavales españoles están dejando de leer, habría que tener en cuenta estos elementos (sobre todo la tele, internet y los videojuegos) para conseguir que se encierren con un libro por iniciativa propia. Y descubran el placer que les aguarda con un buen chute de papel impreso.

Yo ya empiezo a sentirlo fluir por mis venas.

miércoles, diciembre 19, 2007

Las Damas de Grace Adieu

El lunes salí como un drogadicto en busca de mi dosis de Canción de Hielo y Fuego. Creía que Festín de Cuervos había salido a la venta el sábado, pero en la librería me dijeron que no, que no lo tendrían hasta este viernes. Como no tenían heroína, me compré metadona, vamos que busqué otro libro. A mis manos llegó Las damas de Grace Adieu, de Susanna Clarke, la autora de Jonathan Strange y el señor Norrell. Lo puedo asegurar, esta metadona funciona.

Se trata de un libro de relatos cortos en la misma tónica que la novela, de hecho, incluso aparece Jonathan Strange en el primer cuento (que es el único que he leído de momento, y el que le da título al libro). Me encanta la manera relajada de relatar de Susanna Clarke. Parece que estás leyendo un cuento costumbrista o un relato escrito en el siglo XIX, pero no, se trata de algo nuevo. Si entras en su mundo, el Rey Cuervo te acecha por las esquinas.

domingo, diciembre 16, 2007

Vilches, el spin-off

¿Queréis saber qué le pasa a Vilches tras el tiro? Os lo cuento. Se cura, se deja crecer el bigote y forma una banda de rock. Pero echa de menos la medicina y vuelve a ella en un spin-off con tratamiento de culebrón. Aquí tenéis un adelanto.

miércoles, diciembre 12, 2007

Titular: y van 205

Casi se me olvidaba comentarlo. Esta noche Hospital Central emite el último capítulo de la decimocuarta temporada. Eso en sí, es ya reseñable. Pero es que además con este capítulo batimos el record de serie más longeva de la televisión en España. Hasta hoy, Siete vidas tenía ese honor con sus 204 capítulos emitidos. Hoy pasamos a tenerlo nosotros con 205.

Y preparando una temporada decimoquinta.

Un año sin trapos

A estas alturas, todos sabréis que ayer FACUA denunció por sexista el calendario de una compañía aérea, consiguiendo con ello que se le dé una publicidad que de otra forma jamás hubiera conseguido.

Yo estoy de acuerdo con estos señores de FACUA, qué leches, y hoy voy a denunciar el calendario de los bomberos de Madrid del 2007, el de los bomberos de Bilbao, el de la policía de Sevilla, el de los investigadores del Insituto Pascale de Nápoles, el del equipo de balonmano de Alcañiz,... y no sigo porque a este paso nos quedamos sin sitios en que mirar en qué dia de la semana cae nuestro cumpleaños.

Acabemos de una vez con la sensualidad, señores. Que eso de enseñar los hombros, el ombligo y las curvas es una porquería. A partir de ahora, todos tapados desde la nariz hasta los tobillos. Sí, señor.

(No pongo foto en esta entrada porque sería una inmoralidad).

lunes, diciembre 10, 2007

Diálogos II: decálogo a vuela pluma

Justo ahora que comienzo a dialogar el capítulo 209 de Hospital Central, es buen momento para que cumpla con lo prometido y escriba una segunda entrada sobre los diálogos en el guión de ficción. Antes que nada he de partir de una modestia (no falsa) porque en esto, como en todo, hay tantos maestrillos como librillos. Hoy creo que sería bueno hablar no sobre lo que hay que hacer, sino sobre aquellas cosas que a veces se hacen y conviene evitar. Probablemente habrá muchísimos fallos frecuentes en los diálogos (hice un curso en que nos dieron una lista de veinticinco), pero como esto no pretende ser ningún manual, me voy a centrar en los diez primeros que se me vengan a la cabeza.

1) Decir tacos no es naturalizar: existe mucha tendencia a iniciar cada frase con un "Joder", "Hostia", "Coño"... creyendo que con ello hacemos los diálogos más reales. No siempre es así. De hecho, a veces el abuso de este recurso provoca el efecto contrario. Y si vamos a poner que los personajes digan tacos, sería mejor elegir qué personaje los suelta y cuál no, cuál dice siempre "joder" y cuál prefiere "Me cago en to lo que se menea".

2) No hay que contar lo que vemos: si un personaje le da un abanico rojo a otro, no tiene que decir: "Ten, un abanico rojo", basta con que se lo dé, o, como mucho, le diga "Ten". Parece obvio con este ejemplo, pero es un fallo que suele cometerse.

3) Los diálogos demasiados bonitos, para tu novela: pues eso, que no hay que hacer unos diálogos dignos de García Márquez, sino apropiados para cada personaje. Un parado no habla como un académico (ya, ya sé que vais a ponerme el ejemplo de Los lunes al sol, pero precisamente por eso hay gente a la que no le gusta).

4) Preámbulos fuera: a veces nos da pudor comenzar una secuencia yendo directamente al meollo y escribimos una especie de preámbulo para preparar no tanto al espectador como a nosotros mismos a la hora de teclear. Está bien escribir ese preámbulo, pero después hay que borrarlo en el noventa por ciento de los casos.

5) Los rodeos, para el Oeste: tiene bastante que ver con el anterior punto. A veces nos gustamos escribiendo y empezamos a dar rodeos sobre el tema al que queremos llegar, alargando el diálogo hasta el absurdo. No es que vayamos a llegar, decir lo que sea y marcharnos, pero marear la perdiz acaba aburriendo al más pintado.

6) Ser directos no es natural: ahora me contradigo un poco y digo que tampoco podemos exponer directamente lo que el personaje quiere decir. Conviene vestirlo un poco, usar el subtexto o filtrar el diálogo con una emoción, una indirecta o un doble sentido. El equilibrio entre este punto y los dos anteriores es difícil, pero es lo que mejor funciona.

7) Fuera parrafadas: ya lo dije en el post anterior. Los diálogos tan largos como discursos es mejor dejarlos para cuando un personaje lee un discurso. E incluso ahí, es mejor mezclarlo con acciones que van sucediendo a la vez.

8) Demasiado corto, tampoco: lo contrario tampoco es bueno. Si construimos un diálogo con monosílabos, o preguntas y respuestas monosilábicas, puede estar bien únicamente si buscamos un efecto concreto, pero no como algo habitual.

9) La exposición, para los museos: hay que huir de los diálogos expositivos. Si tenemos que dar una información importante, tenemos que apañarnos para que no cante, para que el dato quede oculto como algo fluido.

10) Por terminar el decálogo, fuera chistes forzados: en comedia, si metes un chiste en medio de un diálogo sólo porque tiene que ir ahí y no te lo pide la propia acción, suele quedar como un pegote sin sentido. Lo mejor es que la propia situación te facilite el chiste. Ya, ya, no es fácil, pero ¿quién dijo que lo fuera?
Y ya está. Quien quiera enmendarme la plana o añadir cualquier cosa, está invitado a hacerlo. Yo, de momento, cierro esto y me pongo a dialogar y a procurar no cometer ninguno de estos diez errores ni de los mil restantes que se pueden cometer.

sábado, diciembre 08, 2007

La gestión del miedo

No, no voy a hacer ninguna profunda reflexión sobre el tema que da título a esta entrada. En el volumen cuatro de Bone, se encuentran estas dos páginas que hablan sobre dragones y mostrorratas, pero que dicen mucho sobre la realidad. Se lee con un pelín de dificultad, pero podéis ampliarlo pulsando sobre la imagen.

miércoles, diciembre 05, 2007

Leed, leed, malditos.

Parece que el nivel de lectura de los estudiantes españoles está entre los peores de nuestro entorno. No sé el motivo. Tal vez no se sepa transmitir el gusto por leer, tal vez sea algo más general, tal vez sea un ciclo.

Y en esta coyuntura, va y se me ocurre escribir una novela juvenil. Si es que tengo unas cosas...

lunes, diciembre 03, 2007

Propósitos: misión casi cumplida

El dos de Enero de este año, comenté por estos lares ocho propósitos confesables para el 2007. A estas alturas, creo que ya puedo hacer un repaso y ver cuáles he cumplido.

El primero era correr un nuevo maratón. Número uno, pasado. Ya os hablé largo y tendido sobre el maratón de Amsterdam, terminado en poco más de cuatro horas.

El segundo, terminar la novela, también cumplido.

En cuanto a lo de comenzar a escribir otro largo por mi cuenta, el tercer propósito, no ha podido ser. Entre un poco de pereza y que he estado haciendo otras cosas, lo dejé de lado. Será un propósito para el 2008.

Como cuarto, quería hacer algún viaje a algún sitio más o menos lejano. Este año estuve en Londres, en Sicilia, y, lógicamente, en Amsterdam.

Quinto y sexto se cumplieron a la vez. Cuando cambié el suelo de mi casa (quinto), aproveché para ordenar y tirar el armario de cintas VHS (sexto).

Creo que también continué probando nuevas recetas y compartiéndolas con vosotros, que era mi séptimo propósito.

Y el último, seguir con el blog, es obvio que ha sido superado.

Siete sobre ocho, creo que aprobé con nota. El año que viene voy a tener que lanzar propósitos más irrealizables. A ver si me pongo las pilas.

domingo, diciembre 02, 2007

Diálogos: el reino de la verosimilitud

Se lo prometí a Víctor y aquí va mi respuesta a la pregunta que me hizo en Zaragoza el miércoles pasado.

Antes que nada, sigo pensando que lo mejor que se puede hacer para aprender a dialogar es lo que le dije aquel día: dialogar, dialogar mucho. Si tienes una escaleta, comienzas a dialogar y lo mejor es hacerlo sin detenerse mucho en que quede perfecto, sino dejándote llevar. Cuando hayas escrito veinte o treinta páginas, ya habrás pillado el tono a tu personaje. Una vez que lo tengas todo, vuelves al principio y reescribes los diálogos. A esas alturas, ya sabrás cómo habla cada uno y qué quiere decir.

Ahora, vamos a algunas cosas más “de manual”.

Con las lógicas excepciones (una adaptación de La vida es sueño, por ejemplo, o una obra de arte y ensayo), los diálogos de ficción siempre tienden a la verosimilitud. Da igual que quien hable sea un trabajador de la mina que un superhéroe, un abogado que un elfo, todos deben transmitir verosimilitud. Fijaos que digo verosimilitud y no realismo, porque un diálogo no debe “ser” real, sino “parecer” real. Recuerdo que Javier Palmero contaba en un curso sobre guión que él intentó una vez transcribir diálogos grabados en una corrala de vecinos a un guión. Cuando aquello se rodó, sonaba todo tan falso que tuvieron que cambiarlo.

Los diálogos deben transmitir información, pero si son expositivos (por ejemplo, contando al otro algo que el otro ya sabe), son malos. Deben ser lo más corto posible. En Hospital Central tenemos una regla inamovible de no pasar de las tres líneas (y eso ya se considera mucho). Deben completar la acción, pero no redundando en ella, sino aportando algo nuevo o incluso ofreciendo un contrapunto. Un diálogo, por esto mismo, no siempre está diciendo lo que dicen las palabras, a veces hay un mensaje de fondo, el subtexto.

Como no me gusta hacer entradas muy largas y esta ya empieza a serlo, voy a terminar contando un “truco” para abordar una secuencia a la hora de dialogarla. Tenemos en la escaleta, como puro ejemplo inventado, que la Sec. 22 es: “Marta se encuentra con Luis en la cafetería y le dice que no va a cenar con él porque ha descubierto que Luis es un asesino en serie”. Podemos empezar la secuencia con Luis esperando y Marta entrando, con Luis y Marta ya hablando del tema, con Marta mirando por la cristalera sin atreverse a entrar, etc. Y podemos acabar con Marta diciendo “Sé que eres un asesino”, o con Luis reaccionando a esto, o con Marta saliendo por la puerta, o con Luis persiguiéndola, etc.

Con esto, lo que quería decir es que la escaleta nos da normalmente el objetivo de la secuencia, pero a la hora de escribir los diálogos tenemos que pensar dónde empezamos, qué objetivo tiene cada personaje dentro de la secuencia, qué actitud tiene cada uno, cómo cambia la actitud a lo largo de la secuencia, y cómo acaba. Lo mejor es “entrar tarde y salir pronto”, pero como toda regla, las excepciones son tan numerosas que podían formar otra regla.

Eso sí, en una secuencia, se debe entrar por una puerta y salir por otra. Si la acción no ha avanzado (o no hemos descubierto algo importantísimo sobre los personajes), la secuencia puede quitarse del guión sin problemas.

Suficiente por hoy. Si os ha parecido interesante, habrá segunda parte. Si no, perdón por el rollo.