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martes, mayo 31, 2005

Crónicas del Festimad Parte V (El campo de batalla)


El campo de batalla

No, no voy a hablar de lo que ocurrió por la noche, porque voy a confesar algo. No aguanté y me fui antes.

El sábado nos levantamos de la tienda. Las colas para la ducha eran de varios kilómetros, pero daba igual, no nos íbamos a duchar. Las colas para conseguir beber un poco de agua del grifo eran aún más largas que las de las duchas. Pero daba igual, llevábamos una botella de agua mineral. El sábado era mi cumpleaños y nada iba a conseguir estropearlo.

Pasamos la mañana completa en el polígono, buscando la sombra de los bares, que alucinaban ante la avalancha de jóvenes mugrientos. Botellín tras botellín, el día empezaba muy bien.

Pero entonces volvimos a la zona de conciertos y lo que nos encontramos es lo que hay en la foto de arriba. Un auténtico campo de batalla, una zona en la que nadie se le ocurriría pasar más de diez minutos. Encima, el sábado comenzó a llegar mucha más gente que el viernes. Cada vez que querías pedir de beber podían pasar más de cuarenta minutos hasta que te sirvieran. Seguía sin haber grifos suficientes para calmar la sed. Nosotros no aguantamos y nos fuimos antes de las ocho, pero la gente que se quedó, encima tuvo que aguantar un retraso de cinco horas. ¿Cómo querían que la gente no se amotinara?

Crónicas del Festimad Parte IV (Un momento de normalidad)


The Hives

No llegamos a ver a Skizoo, sí a RIP KC y a The Dillinger Escape Plan. Tengo que reconocer que el estilo musical que predominaba este año en el Festimad no era mi preferido, pero otros años he asistido a conciertos de grupos que no me emocionaban en el Soto de Móstoles y conseguía llegar a disfrutarlos. Claro, que en Móstoles había cesped, árboles, barras que te atendían con cierta rapidez...

Pero bueno, llegaron The Hives, un grupo que venía con ganas de divertirse. Y eso se nota. El cantante podía pasar por le típico guiri que intenta caer simpático, pero al menos lo conseguía. Y uno de los guitarras, gordito, con medio tupé cayendo sobre su frente, y esa chaqueta blanca y corbata blanca, parecía sacado de una película de Elvis Presley. Parecía que el Festimad estaba bien encaminado. A pesar de todo, la música encontraba su lugar.

Tras Turbonegro, llegó un grupo muy aburrido: Nightwish, una especie de Evanescense de gorgoritos. Si quiero escuchar ópera, me voy al Teatro Real. Aunque lo de después fue peor: Slayer. Lo siento, pero era incapaz de distinguir una canción de la otra. Ví ese concierto desde las gradas de la zona de profesionales, y al segundo tema ya estaba haciendo nota mental de qué iba a preparar de comer el lunes. Lo sé, lo sé, de eso no tiene la culpa la organización. Yo conocía el cartel. Pero habían conseguido hacerme sentir incómodo. Eso ya no tenía remedio.

Por suerte la noche terminó con Marilyn Manson. Canciones con melodía reconocibles, escenografía divertida, luces, efectos. Espectáculo. En ese momento, volví a reconciliarme con el Festimad.

No por mucho tiempo.

lunes, mayo 30, 2005

Crónicas del Festimad Parte III (El timo del patatal)


El Festimad y yo

Llegó el momento de entrar a la zona de conciertos. Nueva cola de acceso. Entramos y, ¿qué vemos? ¿Dónde está el cesped? ¿Dónde hay arbolitos que den sombra? ¡Dios mío, el terreno ha sido arado! ¡¡Estamos en un campo de patatas!!

Con cuidado de no torcernos el tobillo por los muchos surcos del suelo nos encaminamos a tomar una cerveza. Cinco euros el litro (se pide así aunque sé que esos vasos no tienen un litro). Es caro, pero en fin, aguantaremos. Es o eso, o nada.

Venimos con ganas de pasarlo bien, así que intentamos obviar los inconvenientes y centrarnos en las cosas buenas. Al menos, la cerveza estaba muy fresquita. Ya había tocado Margarita, y estaba a punto de empezar el grupo de Alcorcón Jugoplástika, así que decidimos ir hacia la carpa a empezar a ver conciertos.

Por el camino, parada en zona de tiendas. Más o menos lo mismo que en otros festivales, pero vi una gorra con protección para el cuello y tuve que comprármela. El que me la vendió me aseguró que era la mejor compra que iba a hacer en todo el festival. Y tuvo razón (Es la gorra que llevo en la foto).

La verdad es que apretaba el hambre, así que (oyendo a Gracias a Nada de fondo)pedimos un par de bocatas. A mí me puso un perrito caliente un tipo con un bulto enorme en el brazo, que me cogió el pan con las manos grasientas, metió el perrito con pinzas (eso sí) y añadió unas patatas fritas que agarró también con sus dedos multiusos. Hombre, sé que un Festimad no es un hotel cinco estrellas, pero tampoco hace falta regodearse en la falta de higiene, ¿no?

Pues bebido, y comidos, entramos en la carpa a pedir otra cervecita y a ver a The Naives. Estaban bien, la cosa empezaba a mejorar. Cuando terminó, nos dimos un paseito para ver al primer grupo de uno de los escenarios grandes: Legen Beltza. Como hacía tanta calor, nos vimos un par de canciones y a la carpa de nuevo. Allí creo que ví el primer concierto que me gustó: los cordobeses Estirpe.Rock de toda la vida, en castellano y con acento cordobés (incluso cantando pronunciaban las vocales muy abiertas). Bueno, la cosa se ponía bien. ¿Cuánto duraría nuestra felicidad?

domingo, mayo 29, 2005

Crónicas del Festimad Parte II (El timo del camping)


Cola de entrada al Festimad

Tras vueltas, sudores, dudas y aparcar el coche, por fin agarramos las mochilas y nos encaminamos hacia la zona de acampada, pensando que ya dejábamos atrás lo peor y empezaba lo bueno. Al pasar por el control de entrada, un trabajador de la organización me hace abrir la mochila para ver si llevo un martillo. No sé que tenía en contra de tan útil herramienta. Aunque, ahora que lo pienso, aquel trabajador era un ente, un fantasma, un ectoplasma. Me explico. No puedo creer que semejante despropósito como el Festimad de este año haya sido "organizado". Me niego. Y si no hay organización, nadie puede trabajar para ella.

Pasamos el control y cogimos el sendero a la caza y captura de una sombra donde plantar la tienda. ¿Sombra? ¿Qué era eso? Los cuatro arbolitos de todo el parque estaban ya ocupados, así que nos vimos obligados a plantar nuestra vivienda (de mucho menos de 30m2) en medio de un erial tomado por piedras del tamaño de catedrales. Y yo me pregunté entonces: ¿para qué intenta evitar el fantasma de la entrada la introducción de martillos? ¿Acaso estos pedrolos no pueden hacer el mismo o más efecto en caso de batalla campal?

Tras establecer los cimientos limpiando la zona de piedras, montamos la tienda y guardamos nuestras cosas. Eran casi las dos de la tarde. Los conciertos estaban a punto de empezar, así que allí nos encaminamos. Íbamos ya pensando en el litro de cerveza que íbamos a comprar para tomar en el cesped mientras oíamos a los primeros grupos.

Ilusos.

Crónicas del Festimad Parte I (El timo del parking)

Este año había conseguido ir acreditado al Festimad. Incluso antes de salir de casa, mi primo y yo ya teníamos el pase, las pulseras y el cartón que nos daba acceso directo al parking azul. Todo prometía un festival genial. No sabíamos qué equivocados estábamos.

Mochilas al coche, gafas de sol, crema protectora y a Fuenlabrada por la A-42, como decían las indicaciones que nos habían dado. Según estas mismas indicaciones (especiales para acreditados), teníamos que llegar al polígono y allí preguntar a la policía local para encontrar el acceso al parking.

Efectivamente, llegamos al polígono sin ninguna dificultad, un polígono en día laborable repleto de camiones descargando, de autobuses especiales y de miles de coches despistados buscando algo parecido a un estacionamiento. Sin hablar con nadie, la policía local nos indica para allá, y para allá que vamos, para la derecha, y para la derecha que vamos, y de pronto, nos envía a un bucle en el que comenzamos a dar vueltas sin sentido por las calles del enorme polígono (que parecía sacado de Blade Runner) a una velocidad aproximada de tres metros por hora. El calor empezaba a apretar, la impaciencia empezaba a devorar el alma por dentro.

En las indicaciones "espaciales para acreditados", decía que teníamos que llegar al parking y allí entrar por el carril especial para acreditados, lo que nos daría derecho al famoso y ya anhelado Parking Azul, una especie de tierra prometida. Le preguntamos a un integrante de las fuerzas vivas por el Parking, y nos dice que ni idea. Le preguntamos a un segundo integrante y nos dice que de parking, ja, que el parking eran las calles del polígono. Vamos, que dejáramos el coche donde pudiéramos.

Tras más de tres horas en el coche (en ese tiempo habríamos podido llegar a la feria de Córdoba), lo dejamos aparcado en una calle cualquiera del polígono. Obviamente quitamos el cartón que nos daba acceso directo a las instalaciones. En el fondo de nuestras mentes, pensábamos que la policía no estaba enterada, que en algún lugar del mundo debía existir ese Parking Azul. No sé, no lo vi en ninguno de los dos días, es más, por las calles del polígono había decenas de coches que no habían sentido el mismo pudor que nosotros y que no habían retirado el cartoncito de acceso. Quizá ese Parking Azul era más un estado mental que un lugar físico. Tal vez sea el comienzo de una nueva política de aparcamiento, o, ¿por qué no?, de una nueva religión.

En fin, eso fue sólo el inicio. Pero hubo mucho más.

jueves, mayo 26, 2005

Un dulce recuerdo

En la misma conversación en la que salieron a relucir las películas más veces vistas por cada uno, salió otro interesante (a su manera) tema: las películas que vimos, nos dejaron un estupendo sabor de boca, y no queremos volver a ver para no estropearlo.

Hace pocos días estuve a punto de comprar en DVD la película Como humo se va de los músicos, humoristas, actores o qué se yo, Cheech y Chong. Cuando la vi en el cine, a mis diez u once añitos, me pareció una película divertidísima, transgresora, novedosa... Pero camino a las cajas pensé: "seguro que esto ha quedado desfasadísimos, que es un humor de sal gorda que no me va a hacer puta gracia, y que voy a acabar de un pelotazo con un mito de mi infancia, al módico precio de 24€". Así que volví a la estantería y dejé la película en su sitio.

Eso puede ocurrir muchas veces. Películas que vimos en un momento de nuestras vidas y que nos parecieron lo más grande jamás filmado, serían incapaces de aguantar una revisión en otro momento de nuestras vidas. En la conversación, yo recordé el ejemplo de El último de Murnau. La vi de estudiante, me fascinó y me pareció que el cine mudo estaba injustamente apartado de las televisiones y los cines. Sin embargo, la compré hace no mucho y volví a verla. La película sigue gustándome, pero ya no me pareció ese peliculón que vi en mis años de facultad. Ahora me parece simplemente una buena película.

Lo terrible es que a veces uno de esos peliculones de años atrás se puede convertir con el tiempo en un título insufrible títulos. ¿Os ha pasado?
Peter Sellers

El cine en casa

Casiopea, el mismo del famoso bocata casiopea, iniciaba ayer entre varios compañeros y en su blog, un debate sobre qué películas habíamos visto más veces y cuántas. Hoy sigue con el debate el afilado Gonzalogonzalin, añadiendo algunas películas y analizando de qué factores depende esa revisión.

En un comentario que yo añado en la página de Gonzalogonzalín, hablo de otro tipo de revisión que ha posibilidado el DVD: la revisión con comentarios. Qué maravilla es, justo después de ver una película (o si no a los pocos días) volver a ponerla con los comentarios de su director, de sus actores, de quien sea. No siempre esos comentarios están bien, pero a veces cuentan anécdotas divertidas o hechos reveladores.

Hace poco vi Un hombre lobo americano en Londres con los comentarios de sus dos actores protagonistas, y la verdad es que apenas decían dos o tres comentarios interesantes, el resto de la película se limitaban a recordar qué bien o qué mal lo pasaron durante el rodaje e incluso se atrevían a criticar el guión.

Me encantaron los comentarios de El Padrino, en los que el mismo Francis F. Coppola cuenta paso a paso lo mal que lo tuvo para acabar la película y se permite incluso señalarlos algunos fallos. Genial.

Y lo último que he visto ha sido la mitad de La Pantera Rosa con los comentarios de Blake Edwards. No sé qué edad debe tener ya este director, pero se le nota cansado. Habla muy despacio, cuando empieza el comentario de una secuencia pasan tres más antes de que termine, pero está bastante lúcido. Tendré que terminar de ver los comentarios enteros antes de lanzar una opinión. Eso sí, está bien para aprender inglés.

En fin, puestos a lanzar propuestas. ¿Hay algunos comentarios de alguna película que os hayan gustado en especial?

miércoles, mayo 25, 2005

Bocata casiopea

Tras la comida de hoy, no puedo evitar dar la receta del almuerzo favorito de Casiopea.

Esto sí que es sencillo.

Se coge media barra de pan, si se quiere un poco menos. Se abre por la mitad, para preparar un bocadillo. Ahora se coge un fuet entero, se pone sobre la media barra para ver por dónde cortar. Se corta de tal forma que quepan las dos partes dentro del pan. No hay que quitar piel ni nada. Se pone sobre la parte de abajo del pan y se tapa con la parte de arriba. Y ya está, rico botaca de fuet.

Niño, mira allí

Hace años estaba en casa de una amiga, tomando algo y charlando de nuestras cosas. La tele, como ocurre en muchas casas, estaba como sonido de fondo, sin que nadie le prestara atención. Con nosotros estaba también una prima de esa amiga, ya casada y con un niño de unos cinco o seis años. El niño estaba jugando con un cochecito o algo así, sin prestar tampoco atención a la tele. Eran las siete de la tarde y empezó una corrida de San Isidro. Como no mirábamos la tele, nadie se dio cuenta. De pronto, la abnegada madre miró a la tele y vio a un torero entrando a matar. Su gritó atronó al vecindario. Cogió al niño y le gritó que no mirara. Nos obligó a cambiar la tele casi como si se hubiera cometido el más terrible de los sacrilegios en esa casa.

Entiendo y respeto que esa madre no quisiera que su hijo viera una corrida de toros. La verdad es que no es un espectáculo muy agradable si se ve desvinculado de su carga atávica. Lo que critico de esa actitud es la exageración, la sobreprotección, es más, la "señalización". Ese niño, que ni se había dado cuenta de lo que había en la tele, sintió curiosidad ante el grito materno. Es más, tuvo tiempo de lanzar una mirada al aparato justo en el momento en que la espada atravesaba el corazón del animal. Vamos, que su madre consiguió que viera justo lo que no quería que viera. Y no sólo que lo viera, sino que se preguntara qué era aquello y que probablemente sintiera curiosidad ante la próxima corrida televisada. Algo que no hubiera ocurrido de seguir charlando tranquilamente, haberse levantado con cautela, haber agarrado el mando a distancia y haber cambiado de canal sin estridencias.

¿A qué viene recordar esto? Pues a que algo parecido ha ocurrido, como recoge Periodista Digital, con el programa Los Lunnis. Parece que en él se dio la noticia, imágenes incluidas, de una boda gay.

Los sectores conservadores no han tardado en llevarse las manos a la cabeza (seguramente estos sectores nunca se la llevan ante una corrida de toros en horario de protección del menor). La gente se preocupa de que los niños vean en la tele a dos hombres casándose, gritan, se levantan de sus asientos a tapar los ojos de sus vástagos, señalan el demonio con el dedo: ¡¡Niños no veais la realidad!!

Se critica que se haya dado la noticia en un programa infantil. Pero a las tres de la tarde, cuando los hijos llegan del colegio y el telediario está de fondo, esos niños probablemente podrán ver las torturas en Irak, asesinatos, malos tratos,... sin que nada ocurra, porque esta realidad no afecta al mundo moralmente idílico de cierta gente. Es algo que sólo sucede tras la pantalla.

Las corridas de toros son una realidad, los matrimonios gay también lo será, pero al menos en una de las dos realidades no hay sangre ni violencia.

martes, mayo 24, 2005

Flanecillos de arroz y berenjenas

Vi esta plato en el programa de Carlos Arguiñano, cuando ya estaba empezado y no recuerdo el nombre exacto. Yo lo llamo así porque lo hice este fin de semana, me quedó muy rico y ese es el aspecto que presenta, el de un flanecillo de arroz y berenjenas.

Es bastante sencillo. Por un lado, se hierve arroz (se le puede echar un poco de laurel y un diente de ajo para que le de sabor, o lo que se quiera, incluso, ¿por qué no?, una pastilla de caldo de carne).

Aparte, en una sartén echamos un chorro de aceite y sofreimos un par de dientes de ajo y una cebolla entera picada fina. Cuando está pochada, añadimos taquitos de jamón y los dejamos hacer un poco, apenas un minuto.

Después añadimos una berenjena grande pelada y cortada en taquitos, y sal. Ahora vamos dando vueltas de vez en cuando. Hasta que la berenjena esté bien cocinada.

Y ya casi está. Ahora cogemos un cuenco (yo usé un bol de desayuno) e impregnamos el interior de aceite de oliva. Arguiñano lo hizo con una brocha, yo lo hice con los dedos. Ponemos en el fondo una capa gruesa de arroz blanco (escurrido previamente, claro). Sobre esa capa, ponemos otra del sofrito de berenjena. Y sobre esa, otra capa de arroz blanco. Ponemos encima del bol un plato y le damos la vuelta para desmoldar ese "flanecillo".

Ya está, según la cantidad que tengamos, podemos hacer dos, tres o cuatro flanecillos de esos. Para servirlo se puede acompañar con ensalada, con un huevo frito,...

Es lo bueno que tiene ver la tele, que se aprende mucho.

lunes, mayo 23, 2005

El Reino de los Cielos

Voy con retraso. Cuando todo el mundo está viendo el nacimiento de Darth Vader, yo fui a ver El Reino de los Cielos.

Estoy bastante de acuerdo con la crítica que hizo en su día Guillermo en su blog. Pero a mí no me gustó tanto como a él.

Lo que yo he visto es que la película empieza sin rumbo. El protagonista hace cosas porque sí, pero no con una finalidad clara. No voy a contar qué cosas hace para no revelar nada, pero lo único que hace es elegir entre opciones, no forzar nada, no iniciar nada (la palabra "iniciativa" es importante para un protagonista). Hasta el momento en que las cosas empiezan a ir mal y el Rey de Jerusalem le hace una propuesta. Entonces sí, entonces toma una decisión clara y se convierte en un héroe clásico. A partir de ahí es cuando empecé a disfrutar plenamente de la película. La pena es que sólo quedaba media hora.

Pero bueno, no me aburrí y es todo "mu potito".

viernes, mayo 20, 2005

Gazpacho

Hoy hace calor, así que vamos a hacer un poco de gazpacho.

Se pela un kilo de tomates maduros (o más). Se trocean y se echan en el vaso de la turmix. Añadimos un diente de ajo al que le hemos quitado el centro, un pepino sin piel y en pedazos, un pimiento verde y un trozo de pan que ha estado un rato empapado en agua. Añadimos agua, sal, aceite y vinagre y ponemos en marcha la batidora.

Ya está. En cuanto a las cantidades, es mejor ir probando, porque a cada uno le gusta de una manera. Eso sí, dependiendo de la cantidad de pan y la cantidad de agua, nos saldrá más o menos espeso. Y dependiendo de los tomates, más o menos rojo.

Como lo único que engorda de la receta es el aceite y el pan, se puede hacer echando la cantidad mínima de aceite para que dé sabor y sustituyendo el pan por zanahorias. No es lo mismo, pero da el pego. Yo incluso he oído que se puede echar manzana en lugar de pan, pero eso no lo he probado.

jueves, mayo 19, 2005

Hoy toca hablar de Star Wars

Según cuentan en Yonkies, hay un personaje que han quitado del montaje final de La venganza de los Sith porque la actriz que lo interpretaba ha salido desnuda en el Playboy. Pues según he visto en las fotos, la saga ha perdido mucho.

Y eso es todo, que ya hay mucha gente hablando de la película.

miércoles, mayo 18, 2005

Espárragos trigueros a la loreña

En un poco de aceite se fríen varias rebanadas de pan y tres o cuatro dientes de ajo enteros. Se echan a un mortero con un poco de agua, sal y un poco de vinagre y se machacan bien, formando un majado.

Aparte, se pone un poco de aceite y se sofríe un manojo de espárragos trigueros, con un pelín de ajo, sal y añadiendo pimentón casi al final.

Ahora añadimos el majado a los espárragos y un vaso o dos de agua, lo suficiente para cubrir y que el caldo quede tipo "sopa castellana". Lo dejamos hervir hasta que veamos que está hecho. Antes de servir, añadimos un huevo para que se cuaje.

Este plato está delicioso con espárragos silvestres, que aportan ese amargor característico, pero también se puede hacer con espárragos trigueros de huerta.

(Ah, si cuando echamos el agua añadimos una hojita de laurel para la cocción, mejor que mejor).

martes, mayo 17, 2005

Una situación nada irreal

Supongamos que tenemos cita en el médico a las ocho de la tarde. Cuando llegamos, nos dicen que han citado a la misma hora a mucha más gente de la que el médico puede atender, porque como siempre falla alguien, así el médico no malgasta su tiempo. Pero claro, si les da por ir a todas las personas que están citadas, será imposible atenderles.

Entonces nos dan cita para otro médico a las diez de la noche. Pero nuestra casa está lejos y no podemos ir y volver. Hay que esperar en el ambulatorio. A las diez de la noche vuelve a ocurrir lo mismo y nos ponen un hotel para que esperemos al primer médico de la mañana, aún sin saber si será ese el que nos atienda o tendremos que volver a esperar hasta el del mediodía.

¿Resistiríamos algo así? ¡¡NO!! Entonces, ¿por qué resistimos el Over booking?

lunes, mayo 16, 2005

Deditos de pollo

Cogemos un par de pechugas de pollo y las cortamos en tiritas. Una vez cortadas, las metemos en un cuenco con leche y sal y la dejamos ahí varias horas.

Ahora, sacamos las tiras, las pasamos por huevo y por pan rallado y las freímos en aceite muy caliente. Ya está, crujientes y deliciosas.

Se pueden servir solas o acompañadas con cualquier salsa que nos guste.

domingo, mayo 15, 2005

Verdades y mentiras

No me preguntéis por qué, pero este fin de semana he ido al teatro a ver Vamos a contar mentiras, una obra de Alfonso Paso, dirigida por Jaime Blanch.

Reconozco mis recelos iniciales. Pensaba que iba a ver un vodevil de trucos fáciles y humor aún más fácil. Cierto que en alguna ocasión sí que tiene algo de eso, pero voy a reconocer algo más: me reí. Me reí mucho. Conocemos a los personajes en las primeras escenas y ya tenemos todo lo que necesitamos saber sobre ellos. Y después, el engranaje del enredo funciona a las mil maravillas con una premisa clara y sencilla. Ya quisieran muchas comedias de cine (no sólo españolas, sino también del último cine norteamericano), funcionar como funciona esta obra.

Pues eso, que si una comedia pretende hacer reír, misión más que cumplida.

viernes, mayo 13, 2005

Andaluz de nacimiento

Soy andaluz. Vivo fuera de Andalucía.

Por eso no he podido sentir otra cosa que vergüenza ante la noticia que he leído hoy en El País y que enlazo de la web de Canal sur (por eso de que El País es de pago): El Parlamento autónomo se queja de la imagen "ridiculizada" de los andaluces en las series españolas.

¿Se va a poner ahora el Parlamento Andaluz a censurar los guiones de las series? No sé por donde empezar a comentar esta ridícula queja. Pero vamos a poner que sea verdad, que la imagen de los andaluces es ridícula y hay que poner fin. Bueno, señores, pues apliquen el cuento en casa. ¿Nunca se han puesto a ver Canal Folklore Sur? Cierto, hay programas buenos, cierto, hay alguna cultura que va más allá de la copla y el chistecito fácil, pero el 85% de la programación del Canal Sur parece sacada de un catálogo turístico lleno de tópicos. Y que yo sepa, Canal Sur sigue siendo una cadena pública.

Además de que no es del todo cierto (en la serie Hospital Central de Telecinco hay dos personajes fijos andaluces: uno es médico y otro psicólogo), si lo fuera, qué más da. Aunque los andaluces de las series fueran siempre graciosillos, inculto o chachas de familia, son personajes de serie. ¿Aún no saben distinguir?

Señores parlamentarios, ustedes sí que ridiculizan la imagen de Andalucía. Un poquito de por favor...

miércoles, mayo 11, 2005

Política imaginativa



Los geniales Faemino y Cansado tienen un scketch en el que uno amenaza al otro con llevarlo "al calabozo de la cola", por no haber respetado las normas en una cola para sacar las entradas para el cine. ¿Surrealista? Nada de eso.

En Madrid, Gallardón (o quien sea) ha decidido que la política local es muy aburrida y que hay que darle color siguiendo el ejemplo de tan ilustres humoristas-filósofos, leyeran o no a Kierkegaard. Mientras estudian si lo del calabozo de la cola es rentable, el Ayuntamiento de Madrid (o quien sea) ha comenzado esta agradable iniciativa con la creación de un nuevo cuerpo de seguridad: "Los vigilantes del carril-bus". Cuando los veo cada día en el Paseo de Extremadura me entra una envidia malsana. ¿Por qué no existían estos guardianes del orden cuando yo era niño? Me hubiera encantado soñar con esa profesión: "Vigilante de carril-bus", con tu smart, tu peto de color amarillo chillón y tu libretita para apuntar matrículas... ¡Qué emoción!

En breve Antena 3 hará una película sobre ellos, estoy seguro. Como van muy vestiditos, David Hasselhoff puede interpretar el papel del jefe de la patrulla, que ya no está el hombre para ir en bañador por ahí.

Y después de esta iniciativa, espero que el Ayuntamiento (o quien sea) se decida a seguir por ese camino y crear cuerpos nuevos como "los rastreadores de las zanjas municipales", "el cuerpo superior de organización del turnomatic", o "los chivatos anti-colillas".

Todo llegará.

Rodajas de pescadilla al estilo Manuela

Se salan y rebozan en harina unas rodajas de pescadilla y se fríen en aceite de oliva (también pueden ser rodajas o filetes de merluza). Depende de la cantidad que queramos hacer, pero vamos a poner como ejemplo, cuatro buenas rodajas. Una vez fritas, se apartan.

En una cazuela ponemos a sofreir a fuego lento mucha cebolla, una gorda o dos medianas. Una vez pochadas, añadimos el pescado y lo mezclamos bien, con cuidado de no romper las rodajas. Añadimos vino blanco, un poco de agua, sal y unas hebras de azafrán (esto último no es fundamental). Lo dejamos cocer un poco por un lado, damos la vuelta a las rodajas y lo dejamos cocer por el otro lado. Y ya está. Servimos cada rodaja acompañada por un poco de cebolla. Parece simple, pero está rico.

martes, mayo 10, 2005

Tramórea

Hace un año o dos leí La Espada de Fuego, una novela de fantasía de Javier Negrete, (por cierto, la novela tiene página web propia, aunque necesita flash).

Esa novela me atrapó, me sentí rápidamente trasladado a Tramórea y sufrí y me alegré con las aventuras del protagonista. Pues bien, ahora ha publicado la segunda parte, El Espíritu del Mago. Ayer empecé a leerla. Tan sólo me he leído el prólogo y el primer capítulo y ya empiezo a estar interesado en ver qué ocurre después.

Javier Negrete, profesor de enseñanza secundaria, no tiene mucho que envidiar a creadores extranjeros de fantasía. Por cierto, aquí va una entrevista.

lunes, mayo 09, 2005

Dragones y mazmorras

El otro día vi en las estanterías de la Fnac las dos primeras temporadas (no sé si hay más) de Dragones y mazmorras. Estuve a punto de comprarme la primera y cuando la tenía en las manos pensé que tal vez volver a ver una serie que tanto me gustó durante su emisión podía quitarle ese halo mítico que otorga el recuerdo. Volví a dejar los dvd's en la estantería.

Pero una vez en casa me arrepentí. Me entraron ganas de volver a ver aquellas aventuras del Amo del calabozo y compañía. Así que volví a la Fnac. En las estanterías no había ni rastro de la serie. ¿Lo había soñado? ¿Estaba yo metido dentro de una de sus aventuras? Pregunté a una de las señoritas y me dijo que se había agotado, pero que lo repondrían en una semana o diez días.

Si es que el mundo está lleno de treintañeros melancólicos.

Llegó el día

Menos mal que ayer estaba enfermo y no tenía ganas de ver la tele, porque para dos ratos que la puse, sólo había una noticia: el embarazo de una señorita, al parecer bastante famosa.

Lo curioso del caso es que esta noticia rosa no se daba en Corazón, corazón, o en Aquí hay tomate, sino en los telediarios, telenoticias e informativos de todas las cadenas. Qué curioso, ya a nadie le interesa lo que pasa en Irak, la regulación de inmigrantes, los pisos de treinta metros ni nada de eso, ya sólo interesan las noticias del corazón.

Sabía que un día tenía que ocurrir.

viernes, mayo 06, 2005

Agarrado a la butaca

Ayer me terminé de ver los extras de Uno de los nuestros. En uno de estos extras, varios directores hablan de cómo les ha marcado esta película.

Yo recuerdo la primera vez que la vi, cuando la estrenaron en cine. Me pasé casi toda la película en tensión, agarrando el terciopelo del asiento temiendo siempre lo peor. Salí a la calle con una sobredosis de adrenalina y pensando que había visto algo que había merecido, y mucho, la pena.

Ahora, cuando la he vuelto a ver en DVD, no he tenido esa sensación de angustia, pero sigo pensando lo mismo, es un peliculón. Gracias, Scorsese.

jueves, mayo 05, 2005

¿Correcto o incorrecto? 2ª Parte

Hace unos días comenté en ¿Correcto o incorrecto?, que no me gustaba mucho esa ola de corrección a toda costa que nos va llegando desde los Estados Unidos. Pues bien, hoy leo en la web de Telecinco que Texas prohíbe los bailes sexys de las animadoras.

Dios santo. Dicen que si los chavales ven bailar a las chicas de manera sexy, todo puede acabar en embarazos, fracasos escolares y enfermedades de transmisión sexual. ¿Hace falta más comentario?

Bacalao a bras

Gonzalogonzalin me enseñó una receta muy sencilla que ya he hecho un par de veces con gran éxito.

Se cogen unos lomos de bacalao y se desalan. Ya se sabe, un par de días metidos en agua cambiando el agua de vez en cuando. Una vez desalados, ya podemos ponernos a cocinar.

En una sartén o cazuela, se echa un buen chorro de aceite y una cebolla grande muy picada. Se pone a fuego medio y se va dando vueltas. Cuando la cebolla está transparente, se añaden los lomos de bacalao (que no deben tener espinas) y se va dando vueltas a todo de vez en cuando. Los lomos se van deshaciendo, y si no es así, ayudamos a que se deshagan. Cuando todo el bacalao está desmenuzado y cocido en la cebolla, añadimos un un buen puñado de patatas paja. Si no se tienen patatas paja, Gonzalogonzalin me enseño un buen truco: compramos una bolsa de patatas chips, las menos saladas que encontremos y sin ningún sabor añadido, y la desmenuzamos. Añadimos esas patatas al bacalao y lo mezclamos todo bien.

Aparte batimos uno o dos huevos y lo echamos a la cazuela. Lo mezclamos todo bien y ya está. Poco antes de retirarlo podemos añadir también un poco de perejil picado, que le da un buen sabor.

Y listo. Para presentarlo se pueden añadir unas aceitunas negras. Pero yo lo hice sin aceitunas y también estaba muy rico. Ah, leí en un libro, que se llama Bacalao "a bras", porque es una receta de un tabernero del Barrio Alto de Lisboa, que se llamaba Blas (Bras en portugués). Pues si es así, gracias, Bras.

miércoles, mayo 04, 2005

El gran atasco

He sido uno de los atrapados por el enorme atasco de salida de este primero de mayo. Siete horas y pico para un trayecto en el que normalmente no se tardan más de cuatro. Y lo peor de todo es que fueron bastantes horas de avanzar de metro en metro. Pero yo no quiero echar la culpa al gobierno, como hacía el hermano de Mafalda con la lluvia. Algo tendrá que ver no poner medidas suficientes, pero también tendrá algo que ver que todos salgamos como borregos (yo el primero), que hubiera un accidente en la carretera por la que iba, que haya muchísmos más coches cada día y no muchas más carreteras... En fin, que todos tenemos parte de culpa.

Pero los atascos tienen muchas cosas buenas: puedes oír mucha música o muchas noticias, puedes comprobar la infabilidad de la ley de Murphy (no se te ocurra cambiar de carril), puedes charlar sobre mil y un temas (¿acaso pasas tanto tiempo con la misma gente en tan poco espacio en alguna otra ocasión?), puedes quitar de tu nariz todas las mucosidades del mundo. Pues eso, que estoy ya esperando el próximo atasco.