Apitiké

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viernes, junio 29, 2007

La última página

Sin haber visto el capítulo 187 aún y sospechando que cuando lo vea será demasiado tarde para comentarlo (no hay nada más antiguo que lo de antes de ayer cuando de tele hablamos), cumplo mi promesa y os dejo aquí la última página de guión de ese capítulo. He leído por ahí (en el foro de Tele 5 y en el blog de Guillermo) gente preguntando si había salido de algún sitio o incluso comentando la "casualidad" de que las palabras vinieran bien con las imágenes. Bueno, es que para eso estaban. El texto es inventado, se supone que es el prólogo a una novela, un prólogo dedicado de un padre a un hijo al que no ve hace mucho tiempo. Pero la intención era marcar en qué situación están nuestros personajes en este momento de la temporada, cuando nos encaminamos rumbo a su final. El formato en que está escrito no es el habitual de un guión de tele (ya os dejé una muestra hace poco). Os explico por qué está escrito así.

Yo comencé escribiendo vídeos institucionales, corporativos, para convenciones, empresas, organismos oficiales, etc. Algunos eran muy técnicos (incluso en algunos tenía que explicar el proceso de fabricación de abonos químicos), y la mejor manera de poder editar después los vídeos sin ambigüedades ni líos era dividir la página en dos columnas y con un cuadriculado dejar muy claro qué imagen correspondía a qué texto. Como sé por experiencia que este formato es más claro en estos casos, me permití la libertad de escribirlo así. Como veréis no todo se ajusta a como salió después, que para eso el director tiene libertad a la hora de realizar el capítulo, pero en este caso el resultado se ajusta bastante al guión. Para verlo en grande, como siempre, sólo tenéis que pulsar sobre la imagen.


Actualización: Para completar, aquí añado el final del capítulo que alguien ha subido a youtube:

Etimologías supuestas

Aún no me he visto el capítulo, pero supongo que esta tarde, cuando esté en casa, escanearé esa página prometida y la colgaré. Por lo pronto voy a responder a una solicitud de Galahan.

Hace más de dos años puse aquí la receta del salmorejo. Aunque la daba para tomarlo con cuchara, también se puede untar sobre rebanadas de pan tostado y poner encima, por ejemplo, bacalao en aceite, jamón, jamón de pato, salmón ahumado...

Pero la duda es, ¿por qué se llama salmorejo? El otro día conocí una teoría que venía de no sé qué pueblo en la que el término era de la época de la Reconquista (la nuestra, no la del Oeste) y no era más que una incitación a que los "moros" salieran. De ahí: sal, morejo. Sin embargo, el tomate es un producto americano que no comenzó a consumirse en España hasta después del Descubrimiento, con lo que esa teoría cojea un pelín.

Yo no sé el origen del término, pero en el diccionario de la RAE dice que viene de "Salmuera". Si salmuera es en su tercera acepción: "Líquido que se prepara con sal y otros condimentos, y se utiliza para conservar carnes, pescados, etc.", entonces "salmorejo" puede venir de añadir "ajo" a la palabra. Salmuera con ajo, salmorajo, salmorejo. Es una progresión al menos creíble, ¿no?

Por cierto, la primera acepción de salmorejo de la RAE, antes de la andaluza, es "Salsa compuesta de agua, vinagre, aceite, sal y pimienta". Aquí no hay tomate, así que la teoría despectiva cojea, pero tal vez no tanto.

jueves, junio 28, 2007

187. La génesis.

Aún no he visto el capítulo que se emitió ayer, por lo que esperaré a hacerlo para escribrir algo más sobre él y para escanear una página de guión, como hice con el anterior. Pero antes de eso, puedo contar algo sobre cómo nace un capítulo centrándome en éste.

Las continuidades de los personajes vienen marcadas por la pizarra que creamos entre todos, pero de una manera general, apenas cuatro o cinco frases que nos indican, por ejemplo, que Javier está viviendo entre su casa y la casa de su padre y Mónica pasa mucho tiempo sola y vivirá con cierta preocupación el nuevo acercamiento entre Laura y Javier, que, obviamente, la apoya en un momento difícil. Cosas así con cada personaje que debemos respetar para no fastidiar a los guionistas del siguiente capítulo. A veces sí cambiamos alguna continuidad. En este capítulo, otro ejemplo, la continuidad inicial de Teresa consistía en que ella se había apuntado con su marido a unas clases de pintura y se dedicaba a regalar horribles cuadros a todos los médicos, y ninguno sabía apreciar su arte. Pero cuando la trama principal se convirtió en la del avión, creimos que algo tan frívolo no pegaba en una catástrofe así y convertimos a Teresa en el personaje principal de unión entre familiares y médicos.

La trama del niño con Klinefelter es una propuesta de una asociación médica, con la que colaboramos para que se dé a conocer la enfermedad. Y el que haya un accidente de avión fue una propuesta de producción, que contaba con los elementos para hacerlo, después nosotros, sabiendo que teníamos ese arranque, nos inventamos la historia de la mujer que huye con el dinero, la del novelista que va a reencontrarse con su hijo y complicamos la cosa con la posibilidad de que la madre de Javier vaya en ese avión.

La trama de la "falsa madre" fue una propuesta directa del coordinador, que tenía esa historia en la cabeza y quería verla reflejada. Nosotros la desarrollamos y fue Juan Algarra el que se encargó de dialogarla. Porque una vez que la escaleta está aprobada definitivamente, cada uno de nosotros dos se encarga de dialogar tramas completas (aunque si hay que ajustar uno puede quedarse con una secuencia o dos de una trama ajena porque ambos sabemos muy bien de qué va todo el capítulo).

Y el Gaucher se cierra en nuestro capítulo, pero como también en este capítulo se abría un poco más la trama de Vilches y el padre del paciente que murió antes de recibir el trasplante, pues aprovechamos para unir las dos tramas.

Básicamente, ese fue el origen del capítulo. Cuando lo vea (supongo que esta noche o mañana), os contaré alguna cosita más.

miércoles, junio 27, 2007

Spoiler a saco

Como todos los seguidores de Hospital Central sabéis ya a estas alturas, esta noche un avión de pasajeros se estrella. Las causas del accidente no se juegan en el capítulo, sino las consecuencias (como no se juegan las causas de muchos accidentes en general: a nadie le interesa si un camión choca porque tenía la junta de la trócola desgastada o el pistón fundido a no ser que eso sea relevante para la trama).
Sin embargo, yo tengo en mi poder unas imágenes exclusivas sobre lo que ocurría en el avión segundos antes del accidente. Aquí os las dejo.

Claro, el piloto salió a mirar y pasó lo que pasó.

P.S.: Hace poco prometí no usar más la palabra spoiler en este blog, pero es que reventón en el título iba a despistar mucho, y como el lenguaje es un medio para comunicarnos, pues he considerado más oportuno no ser fiel a mis principios, como dijo aquel: "Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros".

Reflexión estúpida

Tengo aquí a mi lado, en el despacho, a un compañero en labores guionísticas dándole golpes a una pelota de playa. La pregunta es, ¿por qué cuando te encuentras con uno de estos diabólicos objetos no puedes parar de darle? ¿Qué tipo de resorte se despierta en nuestra cabeza?

lunes, junio 25, 2007

La vida en un segundo

Esta semana toca hablar de Hospital Central porque se emite un capítulo que vuelve a estar escrito por Juan Algarra y por mí mismo. Como suelo hacer antes de la emisión, hablaré del título: La vida en un segundo.

La frase hace referencia a algo que está presente en muchos de los capítulos de la serie: cómo la vida puede dar un giro radical por algo que sucede en un solo segundo. Un parpadeo y estás vivo, al siguiente, estás muerto. Una curva mal tomada y todo cambia, o el avión en el que viajas sufre un accidente y tu destino (en todos los sentidos) varía radicalmente.

El título, inicialmente, salió de una frase que decía Aimé (en referencia a como cambió su vida por el fatídico accidente en que murieron su mujer y su hija), y aunque creo que la línea de diálogo cayó en alguna versión (aunque ahora no estoy seguro) la frase se mantiene porque pasó a cobrar más importancia (ya veréis por qué).

viernes, junio 22, 2007

Noticias traseras

Acabo de ver en las noticias de Tele 5 que un hombre ha ingresado en el hospital para que lo operen de almorranas. Y el caso es que había más medios de comunicación para cubrir esta interesante noticia. Debe ser que hoy no ha pasado nada en el mundo.

jueves, junio 21, 2007

Aquel disco

Hoy he llegado a casa y me he preparado para ir a correr. Mientras calentaba puse un disco, prácticamente el que me pilló más cerca en la estantería. Se trataba del Poesía Básica de Extrechinato y tú. El disco salió en el 2001, y puede hacer al menos tres años que no lo escuchaba. De repente, ese disco se convirtió en "aquel disco", aquel disco que me trajo recuerdos inconcretos de una época cercana y remota a la vez. Me costó mucho trabajo dejar de oírlo a la cuarta canción para salir a la calle a correr.

Yo suelo correr sin música, sin auriculares, pero hoy me apetecía seguir oyendo algo, así que agarré mi reproductor MP3 y me fui con él. Nuevamente volví a darle al play a la primera carpeta que me pilló, y me transporté. Hoy no he corrido por un parque de Madrid, hoy he corrido por Argentina.

En los veranos (allá inviernos) del 95 y del 96 disfruté de una beca que me permitió pasar allí algún tiempo. Algo de lo que me traje del viaje fue bastante música grabada en cassetes (eso no era delito). Y en mi MP3, hace apenas nada (aún estoy sudando) empezó a sonar Memphis la Blusera. El olor del asado, el acento meloso e hipnótico, el frío intenso de agosto, los boliches, las Quilmes cristal, las palabras desconocidas, los paseos en bicicleta, las chicas argentinas,... todo me ha acompañado mientras corría.

Y sin fumar nada.

Ah, pongo aquí un vídeo de Memphis la Blusera. La Canción es "Rodar o morir" (He cambiado el video que colgué ayer porque se veía y oía mal).

Perdona a nuestros deudores

Paco Clavel..., perdón, empiezo de nuevo.

Según leo, Rouco Varela (ahora sí) ha exigido a la "iglesia roja" de Entrevías que pida perdón públicamente. Parece que lo que hicieron los sacerdotes en aquella iglesia estaba muy feo y era un pecado muy grande.

Vale que cuando uno acepta pertenecer a un club debe aceptar también cumplir con las normas que este club tiene aprobadas, pero precisamente eso de pedir perdón públicamente no es algo que se pueda contar entre las normas de la Iglesia Católica.

De hecho, últimamente anduvo por ahí pidiendo perdón por cosas de hace siglos, pero no le importa insultar a colectivos actuales. Eso sí, como alguien no cumpla lo que ella dice, ¡a la hoguera!

miércoles, junio 20, 2007

Adaptación III

Para mi cumpleaños, mi novia me regaló la serie completa, temporadas uno y dos más especial, de The Office, versión inglesa. El problema es que la había comprado por Amazon USA, con lo que sólo podía verla en el ordenador. Pero, siguiendo el consejo de Guillermo, esta mañana me he comprado el reproductor multizona del Carrefour (aunque a mí me ha costado 30 €, no 23) y hoy me he visto el segundo capítulo en la pantalla de mi tele (el primero lo vi en el ordenador). Como ya me había visto la primera temporada completa de la versión americana, he de decir que creo que han hecho una muy buena adaptación. ¿Por qué? Pues porque se han saltado a la torera los guiones y han captado muy bien el espíritu, pero adaptándolos a sus usos y costumbres.

La americana aprovecha la trama general de la inglesa (posible reestructuración de plantilla, una cámara que lo graba todo como si hiciera un documental...) y toma situaciones de la misma, pero las tramas de cada capítulo son diferentes (bueno, llevo sólo dos, tal vez después la cosa cambie). Y eso me parece un acierto. Si en la inglesa el segundo de a bordo coge la sala de reuniones como despacho propio para interrogar a los empleados en la caza y captura de aquel que ha realizado un montaje pornográfico con la cara del jefe en cuerpo de mujer y dos tipos abusando de ella, en la americana, por lo que pudiera ocurrir, el segundo también se encierra en la sala de reuniones y reivindica ese espacio como despacho propio, pero para averiguar qué pueden rebajar en los seguros.

Eso es una buena adaptación, coger el espíritu, situaciones, ambientes, y hacer un guión completamente nuevo. Otra cosa hubiera sido una traducción.

martes, junio 19, 2007

Incertidumbre perdida

Hay un capítulo de la cuarta temporada de Scrubs en que el Doctor Cox tiene que quedarse de guardia y no puede ver un importante partido de baloncesto, por lo que lo graba y pide a todos que ni se les ocurra contarle el resultado. Quiere llegar virgen a su visionado, mantener la emoción de la incertidumbre.

Hoy, en Allá tú, se entregan los 600.000 euros. Como eso da publicidad al programa, van y lo llevan anunciando desde la semana pasada. Y yo me digo, la única emoción de este concurso es (o eso creía yo) ver hasta dónde es capaz de arriesgar el concursante, lo que mantiene el suspense es la incertidumbre sobre qué hay en la caja, qué pasos va a dar, qué le ofrecerá la banca... Pero hoy eso no existe. El concursante se va a llevar los 600.000 euros. ¿Para qué quiero ver un partido si ya me sé el resultado final?

Sin embargo, la estrategia publicitaria está clara (ya la hizo Antena 3 con el 50x15 y con el Pasapalabra). El dinero que van a dar es mucho, y eso atrae nuestra curiosidad. Pero es que, además, esto deja entrever otra característica de cómo vemos la tele hoy en día. Somos impacientes, cada vez más, cada vez queremos saber más cosas sobre nuestro programa o serie favoritos antes de que se emitan. Ya no importa tanto saber qué va a pasar en cada capítulo, sino cómo nos lo cuentan.

Si entráis después de emisión en el foro de Hospital Central, por ejemplo, aparte de insultos varios a nuestras madres, os encontraréis muchos comentarios no sobre el capítulo, sino sobre el avance del siguiente, e incluso cuando en ONO se emita el siguiente, la gente que no lo ha visto, preguntará por el avance de uno más allá. La incertidumbre desaparece, la sorpresa se esfuma con ella, ya sólo queda desentrañar el mecanismo, nada más.

El exceso de información, en este caso, no nos hace más libres, nos priva de emociones.

P.S.: Sobre el tema de Allá tú, un compañero de trabajo me ha comentado una obviedad en la que yo no había caído. El gran negocio del programa son las llamadas y sms para compartir el premio. ¿Cuántos mensajitos podrán enviarse esta tarde? ¿Cúanto podrá recaudar hoy Tele 5?

lunes, junio 18, 2007

Miedimismo

El "miedimismo" es una palabra que acabo de inventar y que define una enfermedad del urbanita, del ciudadano de hoy en día. Se podría definir fácilmente como "el miedo a uno mismo". Y si lo explicamos un poco más, sería el miedo a quedarse a solas con uno mismo, sin ningún objeto, artículo, dispositivo que nos permita alejarnos lo más posible de nuestros pensamientos. El miedimismista intenta siempre estar ocupado, en contacto con una falsa relación, todo con tal de no verse a solas consigo mismo.

¿A qué viene esto? Pues a que he pasado el fin de semana en mi pueblo y acabo de regresar viajando en AVE. Tres asientos frente a mí había sentado un señor que se ha pasado absolutamente todo el viaje de llamada de móvil en llamada de móvil. No creo que haya estado más de quince minutos (en total, no seguidos) sin hablar. ¿Tenía este hombre muchos amigos con los que inevitablemente tuviera que hablar precisamente en esas dos horas de trayecto? ¿Tenía negocios que atender irresolublemente? Nada de eso. El señor se ocupó de que todos nos enteráramos de qué hablaba porque, además, usaba la función manos libres. Y ha realizado, entre otras, una llamada para preguntar a una persona (no era amiga por el trato que le daba, pero sí conocida) qué era mejor para ir de Atocha al aeropuerto, otra para enterarse de no sé que lío sobre una matrícula en un curso y que al final quedó en que tenía que volver a llamar en septiembre, y alguna más sin ninguna aparente urgencia.

Pero no es la primera vez que me encuentro a un tipo como éste en el AVE. Por eso me he inventado la palabrota que encabeza esta entrada. Imagino que ese hombre no sabe estar consigo mismo, no sabe permanecer perdido en sus propios pensamientos, o sabe, pero tiene miedo a llegar a conocerse.

La sociedad de hoy ofrece muchos medios a los miedimismistas: móviles, i-pods y otros mp3s, revistas, periódicos gratuitos, mp4s,...

Pronto, reconozcámoslo, todos seremos medimismistas.

viernes, junio 15, 2007

Otra vez El Roto

Creo que no hace falta ningún comentario, sólo aclarar que la imagen salió publicada en El País del lunes pasado. Y que se agranda pulsando encima, como siempre.

jueves, junio 14, 2007

Acelerón final

Vuelvo a la novela que estoy escribiendo. Ya comenté que tuve la idea en las navidades del año 2005. Me puse a construir una estructura poco después y empecé a redactar en marzo del 2006.

A principios de este año comenté que iba por la mitad de la escaleta previa, aunque más que escaleta tendría que llamarle estructura. Es cuiroso cómo las ocho páginas de apuntes van transformándose poco a poco en una historia hilada.

Pues en estos momentos estoy terminando el capítulo clave, el del clímax, el capítulo en que todo se aclara. Por primera vez tengo la sensación REAL de que voy a acabar. Tras el que estoy escribiendo ahora, me quedarán solamente tres por escribir (tal vez cuatro), en el que las cosas se precipitan hacia el final. Del clímax, al anticlímax. En menos de un mes, espero, tendré una versión cero. Después quedará un gran repaso a todo, puliendo incongruencias, cambiando detalles del principio que afectan al final, plantando antecedentes que no he plantado... Y tras eso, lo más trabajoso, reescribir todo, cuidar la sintaxis, pulir el lenguaje, dar unidad...

Ahora sí, ahora pienso que para navidades de este año, dos después de tener la idea, tendré la novela lista para su paseo por concursos y editoriales. Ya os contaré qué tal (Dios mediante, que se dice en mi pueblo).

miércoles, junio 13, 2007

Operación triunfo

Para no dejar el blog abandonado, recurro a aquello que comencé hace tiempo: la recopilación de artículos de mi otro blog (en el que conté mi infancia) que tengan que ver de una manera u otra con la tele. Es lo que llamé "Infancia catódica". Aquí va la quinta entrega.

Ya he contado que quedé fascinado por el cine y la televisión desde muy pequeñito. No había serie que no viera ni película de la sesión de tarde a la que no fuera.

Pues bien, como siempre hay gente a la que le gusta jugar con las ilusiones de otra gente, un vecino mío, bastante mayor que yo, me jugó una mala pasada que para él seguramente no pasó de ser una broma sin importancia pero que a mí me afectó bastante.

Ahora que lo pienso este vecino era de la parte alta de la calle, claro, un enemigo... En fin.

Al grano. Como era de todos sabida mi afición a la tele en general y a las series en particular, este enemigo de la parte alta me dijo un día que sabía que iban a hacer una serie nueva, que buscaban a un niño de más o menos mi edad para uno de los protagonistas y que él conocía a alguien que trabajaba en esa serie. Ah, y que había dado mi nombre y me iban a avisar para una prueba.

No sé cuánto tiempo estuve esperando ese aviso. No teníamos teléfono, pero esperaba al cartero ansioso todos los días, cada vez que veía a mi vecino le preguntaba si sabía algo, por las noches mi último pensamiento era para esa serie, por las mañanas mi primer pensamiento era para esa prueba...

Pero nada ocurrió.

Al final, descubrí que todo se había tratado de una broma. Una broma sin importancia para él, una broma que provocó una tremenda desilusión, para mí
.

Está claro que no conseguí ningún papel de actor en ninguna serie, pero escribir en una tampoco está mal, ¿no?.

martes, junio 12, 2007

Metáfora descalza

Hace cosa de un par de semanas o tres volví a ver esa magnífica obra de televisión que es Padre Coraje. En este largo telefilm o corta serie (según se mire) hay una secuencia en que la madre del chaval asesinado comienza a limpiar los zapatos de su hijo como si alguna vez pudiera volver a calzarlos, una bonita y realista metáfora del dolor.

Al ver esta secuencia algo asaltó mi mente, y es la idea de la relación entre los zapatos y la muerte. No sé por qué, pero hay algo que une estos dos conceptos. En una letra flamenca (creo que lo escuché en algún tema de Mártires del Compás) se dice algo así como "Mi mare se ha muerto, quién me va a limpiar los zapatitos míos". Cuando hay un accidente de tráfico con víctimas mortales, siempre aparece un zapato en mitad de la carretera, y si la Guardia Civil ha cubierto algún cuerpo con la manta térmica, el zapato siempre asoma por debajo. De hecho, recuerdo una experiencia personal en que el padre de un compañero de piso venía de Sevilla a Madrid a recoger las cosas de su hijo fallecido en un accidente, y uno de los peores tragos fue sacar sus zapatos vacíos y ya inútiles.

Tal vez porque los zapatos son los que nos pegan a la tierra, o porque es la prenda más difícil de intercambiar y por tanto más personal, pero esa relación fluye de una manera casi imperceptible pero recurrente.

O tal vez la fonética de zapato, tan parecida a la raíz tanato-, tenga algo que ver. No lo sé.

(Por cierto, la fotografía es de Chema Madoz)

lunes, junio 11, 2007

El arte dilatado

Hace unos días puse en los enlaces de la izquierda uno nuevo: Espóiler. Bien, el artículo que publica hoy es de obligada lectura. Ante sus palabras, yo me callo.

Pasen y lean.

sábado, junio 09, 2007

Un recuerdo, una feria y un libro

En mi época de estudiante respondía al menos a uno de los tópicos: no tenía ni un duro. Cualquier compra ajena a la manutención (mi madre ya me lo dijo: "en comida, no mires por el dinero") requería un estudio previo: ¿era necesario?, ¿me gustaba tanto?, ¿disponía de capital?. Y los libros no se excluían de este estudio.

Aunque compraba algunas novelas, la mayoría de mis lecturas las obtenía con el carné de la biblioteca de la facultad y el de las bibliotecas públicas. Pero había una ocasión especial, una vez al año, en que me dejaba los remordimientos en casa, sacaba del banco mil duros o más (cuando yo llegué a Madrid, las paredes de los edificios no estaban decoradas con cajeros automáticos, viejuno que soy) y me iba al parque del Retiro. Era, ¡¡la Feria del Libro!!

Siempre salía de allí con dos o tres novedades bajo el brazo y una sonrisa de satisfacción. Al llegar a casa, abría los libros, olía el perfume a papel y tinta vírgenes y tenía que decidir por cuál de los libros comprados empezar.

Después de tres o cuatro años sin ir, ayer me pasé de nuevo por la Feria del Libro. Por suerte, ahora me puedo al menos permitir comprar libros de vez en cuando, por lo que el ritual de aquellos años de estudiante no estaba presente, pero el espíritu sí.

Los brazos me dolían al llegar a casa tres horas más tarde, me senté en el sofá y fui sacando uno a uno los libros poniéndolos en tres montoncitos: en uno, las novelas (sólo me compré una), en otro, los libros de cine o narración (cuatro) y en otro, los cómics (otros cuatro). Como tenía un par de libros comenzados, ayer no me leí ninguno. Pero esta mañana no he podido resistir la tentación y he abierto la primera página de Billy & Joe, un libro de entrevistas a Billy Wilder y Joseph L. Mankiewicz de Plot ediciones. Y ya está, ya no puedo parar. Ahora nadie puede obligarme a que lo deje para después.

En la primera entrevista a Billy Wilder encuentro perlas como las que voy a copiar:

Hablando del sistema de trabajo en los estudios:
"Todos los jueves debíamos entregar once páginas de guión. Trabajábamos en dos, tres o cuatro películas al mismo tiempo. Nos pasaban de una película a otra y nos hacían reescribir los guiones de otros. Era como una fábrica, una inmensa cadena".

Sobre el cambio de ser guionista a ser también director:
"Escribir es un sufrimiento, es el sudor, es un trabajo agotador. Pero si tienes un buen guión y buenos actores, la dirección es un verdader placer. Escribir un guión es como hacerle la cama a alguien, y luego, ese otro llega y se mete dentro y a ti lo único que te queda es volverte a casa".

Su definición de algunos productores, no los grandes:
"Aquellos que, como no sabían escribir, como no sabían dirigir, como no sabían actuar, como no sabían componer... acababan por estar a la cabeza de todo".

Sobre su forma de dirigir y de acatar los sistemas de producción:
"Como ruedo deprisa y no me regodeo con ejercicios masturbatorios de autosatisfacción egocéntrica, finalmente obtuve el derecho al montaje final: que es lo más que puedes alcanzar".

En fin, que seguiré devorando este libro, porque está claro: cuando Dios habla, hay que pararse a escucharlo.

viernes, junio 08, 2007

Sábado, sabadete

Mañana es sábado. ¿Recordáis qué significaba eso hace muy poco? Era el día de las manifestaciones del PP. Uno empieza a echarlas un poco de menos. Por eso, yo doy una idea e incluso me atrevo a lanzar ya la convocatoria para mañana.

Ciudadanos, mañana, en todas las plazas mayores de todos los pueblos y ciudades de España, a partir de las doce de la mañana, manifestémosnos, porque a Paris Hilton la sacan de la cárcel por motivos de salud. En la cárcel la mujer no se maquillaba, no probaba la comida (encima porque no le gustaba, nada de huelgas de hambre), y no se lavaba y perfumaba. El gobierno ha permitido el chantaje y la ha dejado en libertad (bueno, en arresto domicilario, pero es lo mismo, ¿no?).

Así que nada, mañana, todos a manifestarnos con banderas de Estados Unidos y gritos contra Bush, que está vendiendo el país, coño.

jueves, junio 07, 2007

Los buenos son aburridos

El lunes vi el último capítulo de la primera temporada de Deadwood. Hace tres meses y pico ya comenté que había empezado a verla y que no me gustaba mucho el personaje del bueno.

Confieso que ese personaje ha sido una rémora durante los doce primeros capítulos. Casi cada vez que aparecía, bajaba mi interés. Por suerte, el peso de Deadwood no lo lleva él sino Al, magnífico personaje de un egoísmo sin fisuras (miento, tiene una fisura llamada Trixie).

Sin embargo, en el último (y magnífico) capítulo de la temporada, he disfrutado como un niño con una bicicleta nueva. Sólo HBO y similares pueden atreverse a dar un giro así a un personaje. No cuento nada, pero el bueno, al fin, demuestra ser humano, actúa contra las normas y decide que vivir es eso.

Pronto me lanzaré a la búsqueda y captura de la segunda temporada (previo pago)

martes, junio 05, 2007

Hasta luego, Alicia

Tras haber entregado la primera versión del capítulo 191, vuelvo a tener un rato de relax para retornar a este blog medio abandonado estos días. Y como no puede ser de otra forma en estos momentos, el tema que escojo para volver es, precisamente, Hospital Central.

Todos sabéis a estas alturas que este miércoles se emite el último capítulo en que aparece Alicia Borrachero. Supongo que la mayoría de vosotros sois conscientes de que los capítulos no se graban en orden, sino que se hace un desglose y se agrupan las secuencias según muchos criterios. Creo que ésa es una de las partes más difíciles de ser actor/actriz: en cuestión de minutos te tienes que poner en un estado de ánimo acorde con la secuencia que vas a grabar. Tal vez has grabado la muerte de un familiar, por ejemplo, antes de grabar una discusión con este familiar, y en ese momento te tienes que olvidar que después va a morir y te vas a arrepentir de esa discusión (como siempre hago en estos casos, esto es un ejemplo inventado).

Pues bien, la última secuencia que grabó Alicia Borrachero para Hospital Central no es la última en la que aparece en el capítulo, sino que es una de las primeras, en contreto, la secuencia once. Lo digo sólo como curiosidad para que la localicéis cuando veáis el capítulo. Es una secuencia en la que Vilches habla en rotonda con Aimé y después se encuentra con Cruz y le pregunta por el comité para pasar a hablar de temas personales.

Cuando estéis frente al capítulo y veáis esa secuencia, tal vez notéis la emoción contenida de la despedida.

Pero bueno, aquí (al menos a los guionistas) no nos gusta decir adiós, sino hasta luego.

domingo, junio 03, 2007

Mujeres más que desesperadas

Ando sin mucho tiempo, pero no me gusta dejar esta casa sin barrer, así que os dejo con una parodia de Mujeres Desesperadas hecha por MadTV.