Apitiké

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Nuevo servicio para escritores

sábado, julio 31, 2010

Boardwalk Empire

He visto el trailer en vayatele.com y ya no puedo esperar para que estrenen esta serie. ¿Alguien piensa perdérsela?

sábado, julio 24, 2010

Breve reflexión

Estas cosas pasan en las series, pero en la realidad cuesta creer en tanta casualidad.

Porque, ¿no es demasiada casualidad que justo unos días después de que Zapatero proponga la prohibición de los anuncios de prostitución en la prensa, salte la noticia de la caída de una red de prostitución que ponía anuncios en la prensa?

miércoles, julio 21, 2010

Escalibada ilustrada

Hace la ya friolera cantidad de cinco años y tres meses, colgué aquí la receta de la escalibada en olla express. Por aquel tiempo o no se podía o yo no sabía subir fotos. Ahora sí.

Hoy he vuelto a hacerla, y os dejo con la foto para que veáis el aspecto y os animéis a cocinarla.

¡Salud!

martes, julio 20, 2010

domingo, julio 11, 2010

Dos formas de escribir (y séptima entrega de La Tapia)

Cuando escribí la novela El caso del hada falsamente ahogada, lo planifiqué todo muy bien, como se supone que se debe hacer. Comencé por saber el principio, el final y un par de puntos intermedios. Después me dediqué a crear los personajes principales. Con ellos creados, me hice una sinopsis de dos o tres páginas con la historia que más o menos quería contar. Después dividí la historia en sus puntos más importantes, introduje puntos de giro y momentos en que debía desvelar cierta información.

A partir de ahí, me hice una escaleta, como si fuera a escribir un guión en lugar de una novela. Y solamente después, con todo ese trabajo hecho, empecé a escribir. Durante el proceso de escritura, algunos puntos de la escaleta ya no me valían, otros tenía que ampliarlos, me tuve que desviar en algún momento, e incluso crear algún personaje con el que no contaba. Pero tenía un fuerte armazón al que agarrarme.

Ésa es una forma de escribir.

No mucho después escribí un relato largo que es el primer cuento de los que podéis encontrar en Maratón: la vida en cuarenta y dos kilómetros (y pico). Ahí la técnica fue la inversa. Sabía que quería escribir sobre lo que siente y piensa un corredor de maratón, pero nada más. Empecé por el pricipio y fue la propia historia la que me fue llevando. A veces yo mismo me sorprendía con lo que los personajes hacían, en serio.

Esta última técnica puede estar bien para un relato, pero no parece la más adecuada para una novela. Sin embargo, hace poco una idea sobre otra novela me rondaba por la cabeza. Cuando aún no la tenía muy madurada, conocí la existencia de megustaescribir.com y decidí casi en un arrebato que iba a publicar ahí la novela escribiendo una entrega cada semana, y que los lectores me ayudarían a encontrar el camino a seguir. Se llamaría La Tapia.

En esas estamos. Lo bueno de esta iniciativa, creo, es que puede aportar frescura. El peligro es llegar a un punto sin retorno, a un cruce en el camino en el que no sepamos por dónde tirar. Pero merece la pena. A mí la experiencia, de momento, me está gustando.

Todo este rollo viene a que la semana pasada prometí una entrega titulada "El regalo", pero como esta novela se hace poco a poco, otra titulada "Marcelo" se ha colado.

Podéis leerla, ya lo sabéis, pulsando AQUÍ.

domingo, julio 04, 2010

La Tapia 6: Rutina

Parafraseando el programa de radio, hoy no es un domingo cualquiera. Hoy se ha publicado la sexta entrega de La Tapia. ¿A qué esperas para leerla?

Sólo tienes que pulsar AQUÍ.

sábado, julio 03, 2010

Miguel Poveda: el gusto de hacer lo que te gusta

Anoche, tras un día tormentoso, fui a ver a Miguel Poveda a Los veranos de la Villa. Es un cantaor del que no conozco mucho. Tengo un par de discos antiguos suyos y he oído algo en la tele. Lo poco que había escuchado me gustaba y parece que ahora es el cantaor de moda, así que fuimos a verlo.

No me defraudó. No sé qué tiene el flamenco que es una música que siempre consigue erizarme la piel varias veces en cada recital al que voy. Ayer el fresco viento nocturno ayudaba, bien es verdad, pero incluso sin viento hubiera seguido estremeciéndome varias veces.

Aunque empezó con algunos problemas de sonido (que yo tampoco notaba tanto, pero él sí), la cosa se arregló. Y demostró que le gusta lo que hace, que cree en el flamenco y en la música en general. Y eso se trasmite.

Me gustaba mucho cada vez que explicaba de dónde venía lo que iba a cantar o lo que había cantado, como cuando mezcló soleares de Antonio Mairena y de Pepe Marchena en un solo continuo. Dos flamencos que ofrecían alternativas enfrentadas en su día y que Miguel Poveda une hoy demostrando que la convivencia es posible. Que el flamenco es flamenco. Que la música es música.

El colofón estuvo cuando ya parte del público (poca) incluso se había ido y otra parte (muchísima) seguía aplaudiendo. El cantaor dijo tener una espinita por esos diez minutos de mal sonido y propuso cantar lo que la gente le fuera pidiendo. Y lo hizo. Un final genial para un concierto genial.

Yo grabé un poquito de este final. La pena es que la cámara se me quedara sin batería y no puedo poner aquí las bulerías que promete al principio de este vídeo. Pero bueno, escuchar a Miguel Poveda cantando Dime que me quieres, aunque sea con pésima calidad e imagen y mal sonido, merece la pena. Dadle al play.