Ya conté a bombo y platillo que quedé entre los siete finalistas del Premio Pilar Miró de Guión. A mí, de hecho, me gusta decir que quedé tercero (que, en verdad, los cinco no ganadores quedamos terceros).
Es cierto, no gané, pero quedar entre los finalistas me ha hecho rescatar el guión de mi ordenador, volver a imprimirlo y empezar a moverlo por productoras. Si simplemente mi guión no hubiera pasado una criba anterior, tal vez no hubiera tenido la motivación suficiente para comenzar a hacer llamadas, a imprimir, a encuadernar, a ir a correos a enviarlo... En fin, puede que esto quede en nada, pero puede que alguna productora esté interesada en llevar el proyecto a buen término. Yo personalmente creo que saldría una buena película de ese guión (sería gilipollas si no lo pensara, ¿no?). Y también creo que se puede mejorar, por eso estoy ya escribiendo una segunda versión con algún cambio en la historia que espero que le de un poco más de dramatismo, en el sentido funcional del término. Vamos, que, como dice el título de esta entrada, no hay mal que por bien no venga.
Y lo de otros asuntos hace referencia al envío por correo. El otro día fui a enviar el guión desde una oficina de mi barrio y todo fue perfectamente. Es una oficina pequeñita, con sólo dos puestos de atención, y siempre que he ido me he encontrado con personal muy capacitado, y con bolígrafos para que rellenes lo que tengas que rellenar. Pero hoy he ido a una oficina un pelín más grande (debía tener entre seis y ocho puestos de atención) y he visto todos los tópicos propios del mal funcionario. Una señora pidió un bolígrafo para rellenar el papel de certificado y le dijeron que no tenían. Salió a comprar uno a una papelería (yo no le dejé el mío porque de esto me enteré cuando la señora volvió de la papelería en cuestión). Un ordenador que tenía que imprimir no sé qué se estropeó, y la encargada del puesto se paseaba con parsimonia de su ordenador a la impresora, de la impresora al ordenador, del ordenador a la impresora,... charlando mientras tanto con sus compañeros sobre qué habían hecho la noche antes y otras menudencias. Y la cola aumentando por segundos.
Estas cosas ocurren en la empresa privada (¿Qué es Correos?) y la empresa en cuestión dura tres días en el mercado.
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1 comentario:
Me gustaría mucho ver ese guión en pantalla grande. Felicidades por ese puesto de finalista ( o tercer clasificado :P), te deseo además mucha suerte, ánimo y paciencia. ¡Un saludo!
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