Tiene cojones la cosa. Ahora los políticos empiezan a pelearse por ver quién es el dueño del quejío. Parece ser que en el nuevo estatuto andaluz incluye la exclusividad andaluza sobre el arte flamenco. No he leído el texto y tal vez la cosa no sea exactamente como nos cuentan en los periódicos, pero si es así, me parece, con todas las letras, una tontería.
Mira que yo no estoy en absoluto en contra de que se revisen los estatutos y que cada comunidad mejore sus competencias, pero que se pretenda ser los padres exclusivos de una forma de arte "por ley", me parece algo no sólo absurdo, sino del todo inútil. Si nos ponemos a ser puristas, a lo mejor lo que hay que decir es que el flamenco es un arte exclusivo de los gitanos, y que ningún payo se vaya a otorgar ningún mérito, o que es un arte que nació de la India (como dice alguna teoría) así que es un arte exclusivamente hindú. O que como viene de los paises árabes (como afirman otros estudios), y que sólo se puede cantar en lenguajes árabes. Incluso hay una teoría sobre su origen hebreo, pues nada, a cantarlo con la kipá en la cabeza.
Que políticos, señores con estudios (o eso dicen), se dediquen a pelear por la posesión del flamenco suena a esas peleas de niños en las que se gritaba "mi padre es más fuerte que el tuyo", "el mío más", "el mío un millón más", "el mío infinito más", "el mío infinito más mil"... Discusiones vacías.
Lo que hay que hacer con el flamenco es potenciarlo, programarlo, oírlo, verlo, disfrutarlo y dejar que la piel se erice, sea en Andalucía, en Extremadura o en Shangri-La.
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