No voy a contar el viaje a Sicilia con pelos y señales, porque eso es como mostrar el vídeo de la comunión de la niña. Pero tampoco voy a pasar sobre él sin decir nada. Para empezar, tengo que hablar de la indignación que sentí al llegar al aeropuerto y ver que Esperanza Aguirre o quien tenga la competencia, me timaba. Fuimos en metro, yo con mi metrobus de diez viajes. Pero para salir, las puertas no se abren. Como yo, mucha gente no sabe cómo salir del metro. Aquello parece una escena de El ángel exterminador, pero con la diferencia de que nosotros sí tenemos la firme voluntad de salir y lo que lo impide es una barrera. El guarda jurado se afana por explicar lo que hay que hacer.
No sé desde cuándo, pero ahora, para salir al aeropuerto de Barajas desde el metro (y no hablo sólo de la T4, que yo fui a las otras), hay que pagar un euro de suplemento. Dentro hay una serie de máquinas en las que echas un euro y te dan un ticket que te dan el derecho a salir. ¡Acojonante!
Yo no quise hacer cálculos, pero al cabo del día deben salir muchas personas por esa estación, muchísimas, a un euro cada una... alguien se está haciendo rico.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Parece que te estén diciendo: ¿para qué quieres ir a Sicilia, si aquí también tenemos Mafia?
Publicar un comentario