No sé por qué nadie se había dado cuenta.
Esta mañana he ido a pegarme una carrerita antes de ir al trabajo y lo he descubierto, he tenido una revelación. Ya sé por qué Gallardón está haciendo lo que hace.
Veréis: iba yo tan tranquilo por un parque por el que empecé a ampliar mi recorrido hace sólo unos días. Como referencia para dar la vuelta tenía una enorme fuente en una especie de glorieta. Pero hoy, cuando paso por donde debería estar esa fuente, mis sentidos me traicionaron, comencé a pensar que me había equivocado de camino, de parque o incluso de ciudad. Allí no había ninguna fuente, sino una especie de enorme arriate con varios olivos. Al ver que los olivos estaban rodeados con cinta de precintar (de esa de "Ayuntamiento-no pasar") me di cuenta de que lo que ocurría es que habían sustituido la fuente por esos olivos.
Después pase por lo que antes era un carril bici (de esos de asfalto rojizo) compartido con carril peatonal (de asfalto-gris). Ahora sólo hay una valla y medio carril, de manera que por donde antes pasaban dos bicis en dirección contraria con holgura, ahora difícilmente se pueden cruzar dos peatones, mucho menos si los dos van corriendo. Al otro lado de la valla, unos obreros quitan los grandes árboles, ponen otro arriate en el centro y dividen el carril en dos. Y sustituyen los árboles grandes por otros pequeñitos que no dan sombra. Parece un sinsentido, ¿verdad? Eso pensaba yo, pero es que he descubierto por qué lo hacen.
Me he acordado de una película, Dark City, en que (Y ESTO ES UN SPOILER) unos seres muy malos experimentaban con humanos haciéndoles vivir en una ciudad que se transformaba cada día en algo diferente, para comprobar no sé qué cosa de su mente.
En Madrid nos están sometiendo al mismo experimento: una día nos acostamos con una carretera de circunvalación, y al día siguiente aparece convertida en calle. Y a los pocos días esa calle se transforma en una sucesión de zanjas. Por varias zonas de la ciudad, desaparecen los árboles, por otras, las calles cambian de dirección de la noche a la mañana, y así hasta el infinito.
Los extraterrestres o científicos o lo que fueran de la película existen. Gallardón es uno de ellos.
(Y para colmo de males, se me ha jodido el coche)
Esta mañana he ido a pegarme una carrerita antes de ir al trabajo y lo he descubierto, he tenido una revelación. Ya sé por qué Gallardón está haciendo lo que hace.
Veréis: iba yo tan tranquilo por un parque por el que empecé a ampliar mi recorrido hace sólo unos días. Como referencia para dar la vuelta tenía una enorme fuente en una especie de glorieta. Pero hoy, cuando paso por donde debería estar esa fuente, mis sentidos me traicionaron, comencé a pensar que me había equivocado de camino, de parque o incluso de ciudad. Allí no había ninguna fuente, sino una especie de enorme arriate con varios olivos. Al ver que los olivos estaban rodeados con cinta de precintar (de esa de "Ayuntamiento-no pasar") me di cuenta de que lo que ocurría es que habían sustituido la fuente por esos olivos.
Después pase por lo que antes era un carril bici (de esos de asfalto rojizo) compartido con carril peatonal (de asfalto-gris). Ahora sólo hay una valla y medio carril, de manera que por donde antes pasaban dos bicis en dirección contraria con holgura, ahora difícilmente se pueden cruzar dos peatones, mucho menos si los dos van corriendo. Al otro lado de la valla, unos obreros quitan los grandes árboles, ponen otro arriate en el centro y dividen el carril en dos. Y sustituyen los árboles grandes por otros pequeñitos que no dan sombra. Parece un sinsentido, ¿verdad? Eso pensaba yo, pero es que he descubierto por qué lo hacen.
Me he acordado de una película, Dark City, en que (Y ESTO ES UN SPOILER) unos seres muy malos experimentaban con humanos haciéndoles vivir en una ciudad que se transformaba cada día en algo diferente, para comprobar no sé qué cosa de su mente.
En Madrid nos están sometiendo al mismo experimento: una día nos acostamos con una carretera de circunvalación, y al día siguiente aparece convertida en calle. Y a los pocos días esa calle se transforma en una sucesión de zanjas. Por varias zonas de la ciudad, desaparecen los árboles, por otras, las calles cambian de dirección de la noche a la mañana, y así hasta el infinito.
Los extraterrestres o científicos o lo que fueran de la película existen. Gallardón es uno de ellos.
(Y para colmo de males, se me ha jodido el coche)
4 comentarios:
Desde luego tiene que ser horrible vivir en Madrid en esas condiciones, y más ahora con el calorro del verano.
Pero auqnue no lo parezca eso de los cambios de sentido en las calles no sólo pasa en Madrid.
Yo soy de una pequeña ciudad de 12.000 habitantes de León y aquí están cambiando el sentido y direcciones de las calles cada 2 por 3, ponen señales, las quitan, las cambian,las cortan, levantan calles, vuelven a levantarlas...y la gente también se coge unos rebotes de aupa.
¿Tendremos también extraterrestres en este Ayuntamiento?
Clos también es un extraterrestre, y de los peores.
I used to think urbanism kept unnecessarily changing in some cities due to the permissive way councilmen and mayors could "deal" with the fundings for the projects.Now you've given me some food for thought. ;)
Está visto, no es sólo Gallardón el que es uno de ellos, creo que los científicos extraterrestres han cogido los ayuntamientos de todo el mundo como centro de operaciones. Y puede que la base central esté en Marbella. ¿O estarán jugando al despiste para que no miremos hacia otros ayuntamientos?
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