¿Os imagináis que una empresa del sector privado inaugura una sucursal en un edificio nuevo en el que aún no hay electricidad, agua, teléfono ni casi muebles? Y si esa empresa encima da servicios a terceros que tienen que acudir a ese edificio, ¿sería posible que se atreviera a atenderlos sin contar con lo mínimo exigido? Probablemente esa empresa no duraría ni medio telediario.
En el sector privado eso parece imposible, pero en el público es un hecho real.
En Madrid acaba de inaugurarse un nuevo instituto de enseñanza de Formación Profesional: el I.E.S Villaverde. Pues bien, parece que nadie en la Administración se ha preocupado de que la luz esté dada de alta, a fecha de hoy aún cuentan tan sólo con agua de obra (los pobres vigilantes tendrán que ir a un bar a hacer sus necesidades). El caso era inaugurar, para la foto, para decir que se crean centros.
La compañía eléctrica aclara que las cosas no se han hecho siguiendo sus pasos y ellos no tienen la culpa del retraso. Si se hubiera hecho bien, el edificio podía tener luz desde hace ya varios meses. Pero nadie se preocupó. Total, es sólo enseñanza pública.
Sin embargo, sí se acordaron de desviar varias ramas de enseñanza de otros institutos a ese nuevo instituto, aún virtual. Eso sí es empezar la casa por el tejado.
Terminando septiembre, aún no tienen ni idea de cuándo podrán empezar a dar clases. A los directivos y profesores del centro les queda la papeleta de dar explicaciones a los alumnos y padres.
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