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jueves, septiembre 08, 2005

Comienza la acción


¡Acción!

En Guatemala es época de lluvias tropicales. Se supone que suele amanecer más despejado que un pandero y que poco a poco van apareciendo nubes hasta que a eso de la una de la tarde, hora abajo, hora arriba, comienza a llover como si nunca hubiera llovido antes. Por eso nos levantamos muy temprano, para aprovechar las horas de luz de la mañana. Allí amanece antes de las seis de la mañana.

Grabamos en el mismo hotel y necesitamos que el clima sea así, pero Murphy viajó con nosotros. Montamos todo lo que teníamos que montar, y, por ser nuestro primer día, la lluvia comenzó justo un par de minutitos antes de gritar "¡acción!". A desmontarlo todo.

Deja de llover. A montarlo todo. Llueve, a desmontarlo todo de nuevo. Finalmente, un lugareño nos dice que en un rato las lluvias se irán y no volverán en todo el día. Él sabrá.

Casi acierta, porque las lluvias se van, vuelven tímidamente un poco después, pero ya no regresan más ese día. Lo que es una pena, porque para la tarde había prevista una secuencia con lluvia. Es lo que tiene Murphy.

El hotel sigue abierto al público mientras grabamos, pero la gente de Guatemala se porta extraordinariamente. Que una familia entra en plano, se le dice que se aparte un poco y no rechistan. Que hay niños jugando en la piscina armando jaleo, se les dice que se callen durante unos minutos, ¡y se callan!

Aún recuerdo un día, hace años, que iba por un parque y vi a un niño de no más de seis o siete años haciendo algo peligroso en un columpio. Me acerqué y le dije que tuviera cuidado, a ver si se iba a caer. El mocoso me miró unos segundos y me dijo con una terrible cara de odio: ¡Hijo puta!

Desgranando localizaciones: ojo a esta piscina.

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