No quiero abandonar la tradición amateur-culinaria de este blog, pero hoy no voy a dar una receta, sino un truco que me descubrió mi madre la semana pasada.
Para freír berenjenas hay que cortarlas en rodajas, dejarlas en remojo un tiempo (para que suelten su propio agua o algo así), escurrirlas, pasarlas por harina y freírlas en aceite muy caliente. Al hacer esto, normalmente el aceite se va llenando de harina, que se va quemando, y cuando estamos friendo las últimas rodajas, lo hacemos en un líquido negro que da un feo aspecto (e incluso sabor) a la verdura. Evitarlo es muy sencillo. Cada vez que pasemos cada rodaja por la harina, la introducimos a continuación en un bol con agua, nada, un segundo. Así la harina se adhiere a la berenjena y no se suelta en el aceite. Después quedan crujientes y riquísimas.
Y otro truco (éste no de mi madre, sino probado en diferentes bares) es añadir un chorreoncito de miel sobre las berenjenas a la hora de servirlas.
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2 comentarios:
En Sevilla te sirven las berenjenas cortadas a tiras, como si fuesen patatas fritas del M'CDonalds, junto con un tarrito de miel, para mojar las berenjenas-patatas. Están para chuparte los dedos (sobre todo si metes los dedos en la miel)
Para freír berenjenas hay que cortarlas en rodajas, dejarlas en remojo un tiempo (para que suelten su propio agua o algo así)
Al contrario, no se dejan en remojo, sino que se dejan en reposo con un poco de sal, para que suelten algo de su propia agua y la fritura sea menos escandalosa.
Saludetes ;)
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