viernes, agosto 12, 2005
Un chocolate demasiado dulce
Willie y sus invitados
Acabo de llegar de ver Charlie y la fábrica de chocolate. Sé que voy a ir en contra de la mayoría de la blogosfera, pero aseguro que lo que voy a decir no lo digo por eso ni por ser snob: me ha aburrido. (Y aclaro que normalmente me encantan las películas de Tim Burton).
Creo que el principal problema es que yo pensé que, aunque fuera una película para niños, no iba a ser tan para niños, que iba a mostrar esa oscuridad típica del director. Y por mucho que digan por ahí, apenas he visto destellos de esta oscuridad. Ésta no es una película para adultos.
Visualmente es una película genial, un espectáculo de fuegos artificiales, colores y magia por todas partes, eso no lo niego, pero...
Bueno, como yo no sé aún usar la opción para esconder el texto, aviso, a partir de aquí es mejor que pare de leer el que no quiera que le desvele nada. Avisados quedáis.
A lo que iba. Yo, por desgracia, no he leído la novela de Roahl Dahl, así que no puedo compararla con ella. Y la anterior película basada en la misma novela la vi hace tanto tiempo que apenas recuerdo nada. Así que voy a hablar de Charlie y la fábrica de chocolate como si se tratase de una película sin antecedentes, de ella por sí misma.
Bien. Comienza muy bien. Me gusta todo ese ambiente atemporal, la pobreza de Charlie, su casa expresionista... Me gusta la presentación de los otros niños, cada uno con un solo rasgo (el glotón, la consentida, la competitiva, el arrogante), pero bueno, es un cuento, y en los cuentos los personajes son así. Me gusta cómo empieza la historia, porque el niño hace algo, intenta conseguir el billete dorado. Encuentra dinero y va a la tienda a por chocolate. Actúa. Hasta ahí, todo perfecto.
Pero una vez que entran en la fábrica, la película se acabó. A partir de ahí no es más que una sucesión de “pantallas play-station”. Vamos, que se limita a ir pasando de un decorado a otro, y en cada decorado uno de los niños “pecadores” (y de su progenitor, al fin y al cabo culpable de su educación) pagará por su pecado. Uno a uno, vamos eliminando niños. Todo muy ejemplar.
No me meto en la moralina o no que se destila de todo esto, eso me parece legítimo. Pero el protagonista (¿lo es Charlie?) no hace nada. Se limita a mirar cómo van desapareciendo sus contrincantes. Sé que estará escrito igual en la novela, pero tal vez en una novela el lenguaje ayude a vestir todo un poco a entender algo más. Tal vez nos sitúe en algún punto de vista, tal vez sepamos qué piensa Charlie de todo esto... Tendré que leerla.
Algo que me ha parecido realmente HORROROSO, sobre todo en la versión doblada (que es la que he visto), son los numeritos musicales de los Oompa Loompas. Pueden ser homenaje a Ester Williams o a quien quieras, pero me parecen realmente fuera de lugar. Que alguien haga un montaje nuevo y los quite, por favor.
Otro punto: la historia de Willy Wonka y su padre dentista tiene un arranque prometedor y original, pero todo queda finalmente en una pastelada. Sobraba.
Dos asientos a mi derecha había una niña de unos doce o trece años a la que han tenido que despertar cuando empezaron los títulos de crédito finales. Revelador.
En contra de todo lo que he escrito hasta aquí, yo mismo podría citar grandes momentos de la película, como el viaje en el ascensor, la nieve de azúcar sobre la casa, el ataque de las ardillas, etc., etc., pero se quedan sólo en eso, momentos. Aunque eso sí, son momentos que hacen que veas toda la película del tirón. A mí me ha aburrido, pero reconozco que no es una película aburrida.
Eso sí, Willy Wonka es la viva imagen de Michael Jackson (esos guantes de látex...). ¿Para cuándo Tim Burton va a dar el paso y hacer su biopic?
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1 comentario:
No eres el primero que menciona el parecido entre el personaje de Willy Wonka y Michael Jackson. La verdad es que ni se me ocurrió viendo la película aunque ahora que lo mencionas pues sí hay varias coincidencias, la verdad.
Como ya sabes a mi la película me encantó pero te lo escribo aquí porque así aprovecho para saludar y felicitarte por tu blog.
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