Os he tenido muy abandonados últimamente, y eso que a raíz de mi corto post sobre el capítulo del accidente las visitas han aumentado hasta límites insospechados. Pero es que estaba muy ocupado.
Empiezo a verme un poco más liberado e intentaré ir recuperando el ritmo habitual del blog poco a poco. Por lo pronto, hoy os dejo esta segunda entrada retomando una de las temáticas habituales: la cocina.
Para volver con tranquilidad, vamos a hacer algo muy sencillo: unas patatas a lo pobre, con un toque personal.
Se cogen unas patatas (depende de cuánta gente vaya a comer, digamos que una gorda por persona y otra de regalo por cada tres personas) y una cebolla o dos. Se pelan las patatas y se cortan en rodajas ni muy finas ni muy gordas. La cebolla se pela y se corta en trozos no demasiado finos. Se echa todo junto en aceite caliente y se fríe. Más correcto sería decir que se empieza cociendo en aceite para terminar friéndolo todo.
Una vez hechas las patatas (no muy crujientes, que queden fritas, pero blanditas), se sacan y se escurre de aceite. Ahora salamos el conjunto, añadimos perejil y un chorrito de vinagre. Lo movemos todo, y servimos. Es sencillo y bastante rico.
En la foto está el plato que me comí. Cuando lo hice estaba solo en casa y tiene una patata y una cebolla.
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7 comentarios:
Eso tiene buena pinta hasta para mí.
Yo le suelo añadir también 1 diente de ajo picado por persona.
y lo de ácidas??
Qué buena pinta, me encantan las patatas a lo pobre :D
Potatos are just like pizza and sex. Even when they're bad, they're good.
Lo de ácidas va por el toque de vinagre.
a estas horas de la mañana es muy duro leer este post.....!!!
por dios, que hambre!!!
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