En mi entorno me hablaban una y otra vez de The Shield para contar maravillas sobre ella. Yo me decía: "Ya está, ya la hemos cagado. Ahora pondré tantas expectativas en esta serie, que me parecerá una mierda". Pero aún así, las referencias eran tan buenas que no dudé en comprarme las dos primeras temporadas sin haber visto ni un solo minuto.
Ayer me terminé la primera temporada.
Y tenían razón.
¿Cuántas cosas pueden pasar en un capítulo de The Shield? ¿Cuántas veces te pueden dar un puñetazo en el estómago? ¿Cómo son capaces de sorprender así una y otra vez? Hay que tener valor para hacer una serie sin buenos ni malos, o más bien, en la que los buenos y los malos son los mismos. Y con ritmo. Y con unos actores estupendos. Y con unos guiones geniales. ¿Que a veces hay algún detallito que te canta, algún truco de guionista bastante obvio? ¿Y en qué serie no lo hay? Pero es que aquí no importa. Es justo y necesario.
Anoche era tarde, quería ver el penúltimo capítulo de la primera temporada e irme a dormir. No pudo ser. No podía quedarme así. Tuve que ver también el último. Ya quisieran hacer películas que te cogieran de esa forma por los cojones.
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1 comentario:
Qué suerte tienes, cabrón, aún te faltan 5 temporadas más para disfrutar! Quién pudiera, a mí sólo me quedan por ver cuatro capítulos de la sexta...
Abrazos!!!
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