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martes, septiembre 25, 2007

La realidad de cada cual

Guillermo habló hace poco de un libro que ahora estoy leyendo yo, Juglar. En un momento del relato, el Cid lee las notas de los cantares que lleva el protagonista encima. El autor, Rafael Martín, escribe lo siguiente:

Se detuvo especialmente en las gestas de don Roldán de la Francia, pero sacudió la cabeza con cierto escepticismo, como el rey que se molesta cuando ve una pantomima donde se representa a otro rey o el sacerdote que encuentra defectos en la representación de un cuadro o una talla porque no se ajusta al dogma.

Al pasar por este párrafo no he podido evitar sentir cierta identificación con el juglar. Cuando un médico, por ejemplo, ve una serie de médicos, probablemente encontrará mil fallos, pero es que cuando un arquitecto viera Benito y Compañía, también, o lo mismo cuando un chef viera Ellas son así.

De forma colateral a esta, he recordado una anécdota. Cuando Rusti salió de Hospital Central, el sindicato de auxiliares de enfermería se enfadó, no sé si elevó una queja formal, pero casi. Hombre, nosotros intentamos realizar cierta labor social con la serie cada vez que podemos, pero de ahí a sentir la obligación de hablar de cada colectivo va un abismo, ¿no?

Bueno, sigo con la lectura.

6 comentarios:

Carmen dijo...

Uys..y esas quejas..¿cómo os llegan? ¿Se quejan a Telecinco o a la productora?

Curiosa la anécdota...Y como dices tu,cuando alguien que sabe de medicina ve la serie se hace cruces algunas veces....Yo tengo que aguantar(algunas veces) los suspiros de mi padre, como queriendo decir que lo que está saliendo no es asi.

Una cosa son los casos médicos, y otra cosas son las protestas de un colectivo proque un personaje se vaya...Pero bueno, a ver si les dáis o nos dáis una alegría a todos y volvermos a ver a Rusty..ya puestos...

Anónimo dijo...

Yo sigo pensando que la mayoría sigue sin ver una serie como lo que es, ficción al fin y al cabo.
Cuando echaban la serie periodistas, yo no me paraba a pensar en los fallos "profesionales" que cometían (supongo que alguna vez inconscientemente si), me dedicaba a ver cada capítulo porque me gustaba la serie y desconectaba durante un rato, y ya está.
A veces no entiendo por qué se le dan tantas vueltas a las cosas

Reputada dijo...

Pues yo creo que documentarse un poco no está mal, que ha habido series penosas como Compañeros, los Serrano... que cuando hablan del sistema educativo español no dan una o Policías que sacaban coches y uniformes descatalogados o hablaban de códigos inexistentes, en fin, que se puede hablar con los expertos de los sectores y así quedar divinamente...

Zero Neuronas dijo...

Eso sí, reputada, pero no hay que olvidar una gran máxima: no dejes que la realidad te estropee una bonita historia.

Anónimo dijo...

a ver... quien escribe el post 2 se llama Leticia, y por su comentario parece ser que es periodista. ¿Cuántas veces te han hecho chiste referente a eso?
O estás escribiendo desde palacio??

Alberto Ramos dijo...

En publicidad sucede tres cuartos de lo mismo, pero multiplicado por diez (o sea, treinta cuartos). Llega un momento en que da igual lo que digas: siempre habrá un colectivo indignado y algún columnista de periódico dispuesto a echar más leña al fuego.