Gallardón y el amor

No es que me guste meterme con Gallardón, pero es que me provoca. Resulta que mi chica vive en Legazpi (yo no), y el otro día voy y me lo encuentro todo lleno de líneas verdes. Va a poner la ORA (o como se llame en estos momentos) por aquella zona. Lo gracioso del tema es que ha enviado una carta a los vecinos diciendo que por fin responde a una demanda de todos ellos y que gracias a su gestión por fin va a poner los aparcamientos de pago en la zona. Yo, que voy casi todos los días en coche hasta allí, veo que la gente aparca sobre la acera, en alguna glorieta en que está prohibido, en un lateral que también está prohibido... Pero ahora todo va a estar regulado, con lo que será imposible dejar ahí los coches sin que te multen. Donde antes aparcaban, un ejemplo, mil coches, ahora va a haber sitio sólo para, un ejemplo, seiscientos. O sea, el caos. No creo que ningún vecino quiera eso.
Y no sólo eso, como yo no vivo allí, no puedo pedir la tarjeta de residente. Quién me iba a decir a mí que Gallardón iba a ser un obstáculo que vencer en mi relación de pareja.

Qué cosas pasan en Madrid.