En El País de hoy leo la carta de un lector al director en la que se queja (con sentido del humor) del anuncio del nuevo envase de café que es tan fácil de abrir que hasta un hombre puede abrirlo y recitar la tabla del uno a la vez. No se queja porque denigre al sexo masculino, sino porque se pretenda huír de la supuesta manipulación sexista que la publicidad hace de la mujer, utilizando el mismo burdo esquema para los hombres.
Realmente, todos estos debates me parecen un poco sacados de sitio. Debería juzgarse la publicidad porque atente al buen gusto, pero que salga una mujer dando una patada a su pareja masculina porque no sabe darle bien un masaje, me parece tan poco relevante como que aparezca una escuela en la que se enseña al hombre a mantener la atención en su pareja frente a un partido de fútbol. Con la de cosas que pasan en el mundo y que haya gente que todavía se preocupa por esto...
Lo único que pediría es un poco de distanciamiento y, sobre todo, sentido del humor.
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