martes, abril 25, 2006
Crueldad intolerable de provincias
Ayer tuve el gustazo de volver a ver Calle Mayor de Juan Antonio Bardem. La había visto hacía mucho y me atrapó esa historia de crueldad provinciana, de ciudades en las que todos saben todo sobre todos, de habladurías y apariencias, de aburrimiento...
Yo vengo de un pueblo (y también voy) y sé de lo que se habla en la película. Y me gusta lo que dice el poeta: "yo vivo en Madrid, con sus neones y su Gran Vía, pero mi país no es ése, mi país es éste, la calle mayor, los paseos arriba y abajo,..."
Nos guste o no nos guste, eso era así en aquella época y no ha dejado de serlo hoy. Todos vivimos nuestro particular "Aquí no hay quien viva" en el que unos espían por la mirilla, otros promueven chanchullos y otros son unos parias que siempre estarán a las órdenes de los demás.
Volviendo a la película, su visión me atrapó de nuevo. Hay que tener mucho talento para hacer una película que seduzca de ese modo (como queda seducida la desgraciada Isabel) con una historia tan simple: una broma. Pero es que la broma mueve acciones que llevan mucho fondo, mucho subtexto: crueldad, esperanza, opresión, resignación, arrepentimiento, cobardía...
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