Un primo mío, habitual proveedor de noticias curiosas, me envía un e-mail para que me fije en una noticia que sale en el ABC. Al parecer, un ex preso pide indemnización por haber tenido un orgasmo cada media hora durante su condena.
Parece que el hombre tenía que trabajar en la cárcel haciendo losas con una máquina que vibraba tanto que le provocaba un orgasmo, con su consecuente eyaculación (el hombre no conocía el sexo tántrico), cada media hora más o menos.
A pesar de que eso pudiera parecer una manera de dulcificar su paso por prisión, él se queja de que ahora es estéril y lo achaca a que perdió demasiado esperma mientras cumplía con la sociedad.
Si se demuestra que es cierto, no sé si el hombre conseguirá su indemnización, pero las máquinas de hacer losas se van a vender como churros.
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