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lunes, noviembre 07, 2005

Punto de partido y dobles filas


Como tantas y tantas personas, blogeros o no, ayer fui a ver Match Point. Debo decir que las expectativas son muy malas consejeras. No es es que no me gustara la película, que sí me gustó (y bastante), sino que como había oído decir tanto que era una OBRA MAESTRA, pues a mí me pareció una película muy buena, pero no una "obra maestra". Si llego a ir creyendo que me iba a encontrar con un bodrio, probablemente sí me lo parecería a estas alturas.

El caso es que la tarde comenzó cuando fui a coger mi coche y me encontré con otro aparcado en doble fila que me impedía el paso. Pité y pité. Nada. La gente de la calle me miraba. De varias ventanas y balcones se asomaban curiosos a mirar. Yo pitaba, y nada, que no aparecía el dueño. A los diez minutos, entre cansado de pitar y avergonzado de las miradas, llamé a la policía. Mientras esperaba a que llegaran, seguía pitando, por si podía evitarle la multa a este hombre (sobre todo porque no me gustaba la idea de facilitarle el cobro de algo a Gallardón, que seguro que lo invierte para hacer un nuevo socavón en algún barrio). La policía llegó y el tipo del coche aún no. La propia policía me pidió que siguiera pitando mientras esperábamos a la grúa, por si podíamos evitarle al dueño del coche el drama de tener que ir a buscarlo al depósito. Ante un coche de policía parado en la calle, empezó a asomarse todo el barrio, y , por fin, apareció el dueño del coche. Era un hombre de mediana edad que puso cara de pena al ver la situación y dijo: "ha sido sólo un momento". Yo le dije que lo sentía, pero que llevaba un rato pitando y nadie aparecía. El hombre me quitó el coche con la policía esperando para cogerle los datos y ponerle la multa pertinente. Yo me fui. Pero este incidente me dejó un mal sabor de boca, una especie de culpabilidad por lo que le había hecho a aquel pobre hombre, que me duró toda la tarde y me condicionó la visión de Match Point. Quien no la haya visto no va a entender por qué, porque es algo que voy a explicar al final de este (ya largo) post.

Vuelvo a Match Point. Yo distinguiría dos partes en la película. La primera, una historia de costumbres, de ascensión social, de choques culturales... Muy bien contada, muy bien construida, muy bien plafinicada, pero nada sorprendente. Esa primera parte es algo que ya he visto muchas más veces.

Después la película gira, y aunque tampoco ocurre nada que realmente no esperemos, Woody Allen nos lo cuenta tan bien, pone a los personajes tan en su lugar, que nos quedamos completamente enganchados. Y comprendemos que el elemento "suerte" (aunque no sólo ese elemento) es algo unido al destino final de cada uno de ellos.

A partir de aquí, quien no hay visto la película que no siga leyendo.

Cuando el protagonista (un trepa al fin y al cabo) decide que su nivel de vida es lo que le interesa y toma una drástica decisión con respecto a su amante, uno se cree al chaval. A partir de ese momento yo entré en un nivel de tensión que mantuve hasta el final de la película. Sufría tanto por él como por ella. Que Woody Allen haya conseguido eso me parece genial. Lo curioso es que no ocurre nada que no esperemos, y sin embargo, yo estaba con el corazón en un puño en todo momento. Al final, cuando la culpa va a ser el castigo al crimen del protagonista (por algo está leyendo Crimen y Castigo al principio), yo volví a acordarme de aquel hombre al que le habían puesto una multa por mi llamada. Si yo llevaba toda la tarde con remordimientos por este mínimo suceso, ¿qué no sería del tenista-protagonista? ¿Se puede vivir con una culpa como la suya?

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