Entrevista

Hace unas semanas me hicieron una entrevista telefónica para Onda Cero Lora, la radio de mi pueblo.

De esa entrevista ha surgido una nota en El Correo de Andalucía, en la que se hace un brevísimo resumen de aquella charla de diez o quince minutos.

Os dejo el enlace de la nota que lleva el titular "Con la audiencia no se sabe cómo acertar".

ACTUALIZACIÓN: No sé por qué motivo, pero el enlace ha dejado de funcionar. En fin, cosas que pasan.

PARCHE: Como parece que la página no estará disponible, he buscado la versión en caché y la pego aquí para los dos o tres que se quedaran con las ganas. Sólo hay que darle doble click para verlo a pantalla completa.

Sin comentarios

Sin palabras me he quedado.

La vida sin gluten

Hace bastante poco a un amigo de toda la vida le consiguieron aclarar qué era eso que llevaba muchos años dándole problemas estomacales: es celíaco.

Hay bastante gente que no sabe aún qué es eso, tanto es así que cuando le conté a una amiga que tengo un amigo que no puede comer pan porque es celíaco, ella me preguntó: "¿eso qué es, una secta?".

Este amigo acaba de abrir un blog en el que pretende ir desgranando con bastante sentido del humor la experiencia de tener que cambiar hábitos alimenticios en plena madurez y tener que explicar a todo su entorno el por qué.

Su blog se llama El talibán del gluten. Él explica mejor que yo el porqué.

En la barra lateral dejo el enlace permanente.

Down in the hole

Ya que por los comentarios de la entrada anterior descubrí que había subido una canción de Tom Waits sin saberlo, ahora voy a subir una a conciencia.

No es un autor del que conozca apenas nada (de hecho, hace bastantes años compré un disco que no llegué a escuchar más de una vez y que debo haber regalado o perdido). Pero tras ver las cinco temporadas de The Wire, esta canción ya no se puede olvidar nunca.

Versiones

El anuncio de Orange tiene una versión del Waltzing Matilda que se pega a las sienes como un chicle concetrado. Tal vez porque la cantan niños. Pero a mí me despertó algo más, me despertó el recuerdo de una serie que veía allá por los años ochenta. Hasta hoy no me he dado cuenta de que aquella canción que también se me pegaba al paladar en mi preadolescencia era una versión de aquella otra que más tarde escuché a Rod Stewart. Empezamos con la canción de mi infancia.

Esta otra es la canción del anuncio de Orange.

La de Rod Stewart no la encontré en Youtube, pero os pongo una versión "al estilo Rod Stewart", muy parecida a la original. Cosas que se encuentran navegando.

El retorno del Capitán Trueno

Otra vez se anuncia que se va a hacer la película de El Capitán Trueno. En esta ocasión parece que el director será el irascible Calparsoro, la espada la llevará el actor Álex González y la melena rubia Elsa Pataky.

¿Cuánto tiempo tardará en caer la noticia en el olvido?

¿O será esta vez la definitiva?

Como dijo aquel... veremos.

Conejo al ajillo con piñones

Ahora que el gobierno nos aconseja que compremos conejo, pues aquí va una muy fácil.

En una sartén con aceite freímos seis o siete dientes de ajo pelados enteros. No mucho, sólo hasta que estén un poco cocidos.

Sacamos entonces los ajos, que han dejado su sabor en el aceite. A continuación vamos poniendo las piezas del conejo salpimentadas (lo hemos pedido troceado en la pollería - ¿por qué el conejo se vende en las pollerías?) en el mismo aceite y friéndolas hasta que queden prácitcamente hechas. Se pueden enharinar antes de freír, pero yo prefiero hacerlo sin harina, que ensucia mucho y se acaba quemando.

En esa misma sartén, ponemos ahora una hoja de laurel y un par de ajos picados. Lo dejamos apenas cocerse un poco y añadimos todo el conejo pre-frito.

Ahora machacamos los siete dientes de ajo que habíamos frito al principio y lo añadimos junto con los piñones a la sartén. Sólo queda mover de vez en cuando para que todo se vaya haciendo, no serán más de diez minutos.


Pasado este tiempo, añadimos un buen chorreón de vino blanco para que dé algo más de saborcito al conjunto y dejamos evaporar el alcohol.

Y ya está. Para servir, y si de verdad nos gustan los ajos, se puede además hacer una vinagreta muy sencilla machacando dos dientes de ajo y añadiendo el zumo de medio limón, un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y un poco de perejil. Se bate todo bien y ya está.

Después, solo queda poner la mesa y comer. Eso sí, no se os ocurra invitar a la Beckham.

Los Beatles Axatianos

Los Beatles vuelven a estar de moda (si es que alguna vez dejaron de estarlo). Todos habéis oído hablar de la reedición de todos sus discos con un sonido mejorado. Pero lo que no sabéis muchos es que en mi pueblo existe la Asociación Abbey Road Club, que vive por y para el cuarteto inglés.

En el Diario de Sevilla de ayer se hicieron eco de su existencia.

Lo bueno es que el pub donde suele tocar el grupo está muy cerca de mi casa, lo malo es que está cerca de mi casa en mi pueblo, que está a quinientos veinte kilómetros de distancia de mi casa en Madrid.

Pero bueno, ya habrá oportunidad de coincidir en fechas.

Demasiado real para ser mentira

Estoy terminando la quinta temporada de The Wire, una serie genial. En verdad, sí tengo una pega que ponerle, y es que poco a poco va tirando de tantas líneas argumentales a la vez, que puede que dibuje un fresco de cierto aspecto de Baltimore, el poder, la corrupción, la educación, la amistad, etc., etc., pero no es menos cierto que entre tantas tramas, es más fácil que haya algunas que no te interesen. A mí me ocurre con la trama política. Cada vez que aparece, estoy deseando que acabe la secuencia para pasar a cualquiera de las otras. Pero reconozco que eso es algo muy personal.

Sin embargo, voy a hablar sobre uno de los aspectos de la trama política de la quinta temporada, sobre todo por su semejanza con nuestra propia politica. Y ojo, porque esto sí que es un TREMENDO SPOILER. Quien no quiera saber nada, que se salte lo escrito en azul.

En esta temporada hay un político que ha obtenido beneficios económicos de una forma bastante dudosa, y siempre a cambio de favores políticos. Entre la policía y el fiscal, consiguen encontrar pruebas para inculparlo. En cuanto la noticia aparece en los medios de comunicación, él defiende su inocencia. Después, va a declarar, y aunque nosotros vemos que le han pillado y que hay bastantes pruebas, él sale a la calle y en la puerta de los juzgados sus declaraciones a la prensa son que "está muy contento porque por fin ha podido contar la verdad". Después, este senador va a una emisora de radio y se hace la víctima para todo aquel que le quiera oír. Antes del juicio, el jefe de su grupo político (que en este caso no arrastra las eses) dice que él apoya incondicionalmente a este senador supuestamente corrupto, que no hay pruebas. Después se celebra el juicio con un jurado popular. Con su labia y una demagogia muy estudiada, consigue ser declarado inocente. La fiscal proclama al fiscal jefe: ahí dentro hemos visto cosas que no se aprenden en una facultad de derecho.

¿No os recuerda a algo esta historia? ¿Puede la SGAE denunciar a nuestros políticos por copiar a The Wire este verano? No sé, habría que estudiarlo y tal vez se sacaran buenos cuartos.

Mis Memorias en tu librería

No os creáis que os iba a dejar tanto tiempo sin promocionar mis Memorias de un mindundi. Gracias al semifinalista de los premios Bubok me he enterado de que ya hay librerías que venden directamente del catálogo de esta editorial, libros que hasta ahora sólo podían comprarse por pedido desde su página web.

Aquí podéis ver el listado de librerías en toda España. Ya no tenéis excusa para no comprar un ejemplar de mis memorias y comprobar cómo ha cambiado la vida en este país en tan sólo treinta y pocos años.

Y no sólo eso, tampoco me olvido de mi otro libro editado en Bubok: Los Calvatruenos, una divertidísima historia de unos calvos que quieren salvar al mundo del imperialismo peludo.

Así que ya lo sabéis, comprad, comprad, malditos.

Tour de Bretaña: el retorno. Burdeos.

No hace ni un mes de las vacaciones y ya parece que ocurrieron hace siglos, pero como no quiero dejar el mínimo relato que comencé sobre ellas inconcluso, tengo que hacer una referencia al último destino, el lugar desde el que cogimos el avión de vuelta: Burdeos.

Ni Nantes, ni La Rochelle, ni Burdeos pertenecen a Bretaña, pero bueno, formaban parte del viaje.

Tras haber estado en ciudades pequeñas, en zonas naturales, en pequeñas villas,... ver Burdeos fue, al menos para mí, algo decepcionante en principio. No porque la ciudad no me gustara, sino porque aquello volvía a ser eso, una ciudad. Burdeos es una especie de París en pequeñito: grandes avenidas, edificios enormes, monumentos descomunales,... y lluvia. Quizá le faltaba algo de la personalidad propia de los sitios en los que habíamos estado los días anteriores.

La tarde de nuestra llegada el tiempo nos acompañó y pudimos disfrutar de todo eso paseando por el centro, pero al día siguiente amaneció lloviendo y no nos quedó más alternativa que montarnos en uno de esos trenecitos turísticos, el único lugar desde el que podíamos continuar con la visita sin empaparnos.

Os dejo con algunas fotos de Burdeos y ya está, aquí se acaba esta lata que os he dado con mi viaje.

La empresa siesa

Una empresa de Burgos amonestó en Cádiz a un gaditano por hacer chistes. Es como si una empresa de Cádiz amonestara en Burgos a un burgalés por comer morcilla de arroz.

La empresa era la encargada de los socorristas en una de las playas de Cádiz, y uno de sus empleados se encargaba de la megafonía, al parecer por iniciativa propia ya que no era una de sus funciones. El chaval añadía coletillas humorísticas a sus avisos, del tipo: "queridos caleteros, son las tres de la tarde, las tres menos diez en Suiza", "son las nueve de la noche, finalizan los servicios de playa. Mañana os espero a todos y no faltéis que me he quedado con vuestras caras" o "traed una rebequita mañana porque va a cambiar el viento". Vamos, humor suave e inocente, y muy gaditano.

Al final parece que no van a despedir ni amonestar al chaval, sino que lo van a dejar simplemente como socorrista, que es por lo que está contratado.

Pues yo digo, vaya qué siesos son estos burgaleses (no todos, pero los de esta empresa, vaya que sí). Parece que no saben eso de "allá donde fueres, haz lo que vieres". Y si vas a Cádiz... aprende a reírte con ellos.

Tendrás motivos para hacerlo.