
Lo digo porque el gobierno de la Comunidad Valenciana pretendía exigir la firma de un contrato de integración a los inmigrantes. Al parecer quería que se comprometieran a seguir las costumbres y tradiciones valencianas. Hombre, la cosa era sólo para los inmigrantes venidos de fuera de la Unión Europea, pero ya me veía yo que pronto iban a querer aplicarlo a todo el mundo para no ser acusados de trato discriminatorio. ¿Por qué un inmigrante de Cabo Verde iba a tener que vestirse de fallera y un inmigrante de Andalucía no?
Así que como a mí no me gustan los petardos, el bakalao me va mucho mejor si es al pil-pil, y las pastillas que tomo por diversión se llaman Juanola, ya me imaginaba que no iba nunca a aprobar el examen para dejarme llegar más allá de Utiel.
Pero parece que la idea ha tenido tantas críticas que empiezan a echarse atrás. Menos mal, parece que podré ir a Valencia y pedir un gazpacho sin que la policía me detenga.
(Galahan y demás valencianos, no os toméis este post muy en serio).