martes, mayo 16, 2006
Breve encuentro en París
No me tengo por mitómano. Si me encuentro por un famoso por la calle, lo miro, me parece curioso, comparo la imagen real con su imagen proyectada (lo típico: pues es más gorda, o gordo, pues está mucho mejor al natural, qué serio va, etc.) y sigo mi camino sin acordarme más.
Sin embargo, este fin de semana he ido a París. Paciencia, que sí, que una cosa tiene que ver con la otra. Yo no conocía esta ciudad y me ha encantado. Cada edificio de aquella ciudad hace por una manzana entera de Madrid. La defeniría como una ciudad apabullante. Sólo estuve tres días, así que creo que tendré que volver para seguir conociéndola con más calma.
Y ahora sí, el breve encuentro. El lunes (ayer) estaba tan cansado de patear todo para ver cosas, que decidí irme al aeropuerto un poco antes, sentarme en la puerta de embarque y relajarme leyendo. Me senté junto a la entrada de primera clase para un vuelo a Tokio. Había una larga cola que entraba por otra puerta para la clase turista del mismo vuelo, todo nipones. De pronto tuve que levantar la cabeza de mi lectura porque los japoneses armaron un revuelo. Levanto la vista, y allí está muy cerquita: Takeshi Kitano. Los japoneses se iban acercando uno a uno y respetuosamente le estrechaban la mano y le hacían la típica flexión con la cabeza. Él respondía con la misma ceremoniocidad y respeto. El director siguió su camino y pasó a escaso metro o metro y medio de donde yo estaba sentado. Y me puse nervioso, lo prometo. No sé por qué, pero me gustó la sensación. Ahí estaba yo, sentado leyendo la biografía de Hitchcock, y ante mí pasa uno de los grandes directores de estos días. Después me arrepentí de no haber reaccionado a tiempo y pedir que me firmara el libro, pero bueno, ya lo dije antes: no soy mitómano. ¿O sí?
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