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jueves, enero 19, 2012

Los Piratas circulares. Entrevista a Rafael Estrada

Gracias a que me invitaron a participar en las jornadas de Tiramisú entre libros sobre literatura juvenil, pude conocer a mucha gente muy interesante. Entre los escritores de juvenil, conocí a Rafael Estrada, que acudía para presentar su novela Los Piratas circulares.

Los Piratas Circulares es una novela de esas que se leen en poco tiempo, y no sólo porque es breve, sino porque sabe atraparte y hacer que desees continuar con un capítulo cada vez que acabas el anterior.

Según contó Rafael en su presentación, el primer título que barajó fue Escuela de piratas, pero era un título que ya existía. Creo que ya os queda claro de qué va la novela, efectivamente: de una escuela en que se enseña a los chavales a ser piratas. Lo curioso es que el barco escuela no está en alta mar, sino en medio de un bosque. La novela está llena de aventuras, de misterio, de aprendizaje, de acción... Al leerla, sentí que recuperaba el espíritu de aquellas novelas y películas juveniles de los ochenta.

Y encima, tiene sorpresa final.

Pero para hablar de la novela, nadie mejor que el autor. Os dejo con una breve entrevista.

1.- Para empezar conociéndote un poco a ti antes que a tu novela, quería resolver una duda. Eres dibujante o ilustrador y escritor. ¿Qué fue antes, el huevo de los dibujos o la gallina de la escritura?

Lo primero fue el huevo de los dibujos. Me quedaba con la boca abierta admirando las portadas de las revistas de cómic que después dibujaba. De esa manera empecé a aprender. En 1980 me presenté a un concurso nacional de cómic, convocado por la revista de ciencia ficción 1984 y gané el primer premio. Eso hizo que decidiera buscarme la vida con el dibujo y que la CF se convirtiera en mi género favorito. Cinco años después nació Alba, mi sobrina, y al siguiente Elia, mi hija. Ellas fueron las que provocaron a la gallina de la escritura, porque empecé a escribir literatura infantil para aprovechar esas historias que les contaba para entretenerlas.

2.- Y entre estas dos disciplinas, ¿te sientes más un dibujante que escribe, un escritor que dibuja o simplemente un creador que se expresa en dos medios?

Estoy dividido en dos, como el Dr. Jekill, pero no me quejo, porque cuando me canso de una cosa me voy a la otra. No suelo dibujar y escribir al mismo tiempo. No son compatibles. Cuando dibujo busco formas y colores, en los que me sumerjo y me pierdo buscando una armonía, es una mezcla entre jugar y estar con la cabeza en las nubes; cuando escribo estoy más consciente de mi mismo, de las emociones que afloran por lo que cuento, que me obligan a reaccionar, a tomar partido, a decidir qué es lo mejor y lo peor. Dibujando me pierdo y escribiendo me encuentro.

3.- Ahora vamos con tu novela Los Piratas Circulares. En su presentación comentaste que querías hacer un homenaje a La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson. En este blog suelo hablar sobre el proceso creativo. ¿Puedes contar cómo es este proceso desde que decides hacer un homenaje hasta que comienzas a hacer este homenaje en concreto? ¿Se quedaron otras ideas por el camino?

Después de leer La isla del tesoro, se me metió en la cabeza que tenía que escribir algo de piratas, por la aventura misma y por la forma de escribir de Stevenson, que te lleva de un capítulo a otro sin que te des cuenta. Como no sabía nada sobre barcos, empecé a leer las novelas que tenía a mano en casa y en la biblioteca del barrio: El tesoro de Morgan, La taza de oro, Long John Silver, Robinson Crusoe, etcétera, para ir apuntando en una libreta los términos marineros y buscar en Internet su significado. Al mismo tiempo veía películas de piratas, con lápiz y papel siempre a mano, leía libros sobre historia de la piratería, apuntaba los nombres de los piratas más famosos y buscaba en la Red sus biografías. Tardé en documentarme aproximadamente dos años, mientras ordenaba las notas e iba dando forma a la historia que quería contar. Cuando tuve la documentación ordenada en formato de diccionario, para facilitarme el trabajo, empecé a escribir la novela y a los seis meses ya estaba terminada. Siempre se quedan fuera buenas ideas, pero si entorpecen el ritmo narrativo o distraen de lo esencial hay que eliminarlas aunque sea doloroso. Mis novelas tienen un número de páginas cuando las termino y unas cuantas menos cuando las corrijo.

4.- A mí me ha parecido una novela que se puede leer a cualquier edad. Cuando escribías, ¿pensabas que te dirigías a un público fundamentalmente juvenil?

Sabía que me dirigía a un público juvenil porque trabajo con editoriales de literatura infantil, pero la novela la escribí teniendo en cuenta únicamente que el lenguaje debía de ser claro y accesible para cualquier lector, ya que tenía que impresionar a mi hija, que por aquel entonces debía tener once años. Sin embargo, tengo que reconocer que Los piratas circulares la escribí para recrearme y jugar con los tópicos del género, para divertirme, o sea, para mí mismo.

5.- ¿Te has inspirado en alguna ciudad real para crear Portobel o sus referencias son más literarias que reales?

Son literarias y están más en la mente del lector que en la novela, ya que apenas describo el pueblo: un poco de bruma, unos perros ladrando al anochecer y un camino de grava, le añadimos el eco de unos pasos, alguien llamando a una puerta y ya tenemos un pueblo. Esa es la magia de la literatura, que activa la biblioteca de la imaginación.

6.- No voy a desvelar nada sobre la novela, pero cuando acabé de leerla, me quedé con ganas de seguir con sus personajes, de vivir un poco más con ellos. ¿Hay una segunda parte en perspectiva?

Cuando terminé de escribirla estaba hasta las narices de piratas y barcos. Tengo material para una segunda parte, porque cuando te documentas durante tanto tiempo surgen ideas a barullo, escoges las que crees que son mejores, pero quedan otras, por si algún día necesitas recurrir a ellas para otro libro, o por si te da la vena y decides continuarla. Me he preguntado alguna vez sobre si me apetece una posible continuación o una versión extendida, pero todavía no me he contestado.

7.- En este blog también se habla mucho (o debería hacerlo) sobre guión. Creo que de Los Piratas Circulares saldría una estupenda película juvenil de aventuras. ¿Te has planteado adaptarla?

Sería un sueño verla en una pantalla de cine, pero no me he planteado adaptarla, entre otras cosas, porque me parece muy complicado. ¿Cómo se pasa una novela a formato guión sin desvirtuarla? No tengo ni idea. Por cierto, tú eres guionista, ¿no? Hazlo tú. Podrías presentarle la idea a Spielberg y, si sale, nos repartimos el botín.

8.- Bueno, si Spielberg lee este blog, que nos lo haga saber y pague un adelanto, je je. Bueno, ahora, te dejo espacio para que recomiendes la lectura de Los Piratas Circulares diciendo lo que te venga en gana.

¿Qué puedo decir yo que no suene a spam? Si te vale, amigo lector, puedo contarte que la escribí con pasión, que algunos de los personajes existen en la realidad, que mi hija no quería que se la leyera, pero cuando le terminé el primer capítulo no dejó que me fuera y tuve que terminarla de un tirón, que mis amigos dicen que engancha, cosa que intenté que así fuera, que la última vez que la leí me siguió gustando. Esas son mis razones, pero hay una más: la excelente portada del ilustrador valenciano Carlos NCT, que ha sabido captar a la perfección el ambiente y el tono de la novela.
El narrador es un muchacho de 13 años, que cuenta su propia historia desde el momento en que fue señalado por un pirata. Comienza en Portobel, la noche que fue secuestrado a la edad de 7 años, ante la impotencia de sus padres, que no se atrevieron a hacer nada para protegerle. Desde ese momento pasa a formar parte de Galeón, una peculiar escuela de piratas. Allí conoce a otros que, como él, sufren el mismo destino… Hay un montón de aventuras. Viajarás en un galeón, te empaparán las tormentas, te perderás en la jungla e irás descubriendo numerosos secretos que forman parte de la trama, entre ellos la motivación del capitán Gársen para fundar esa escuela.
Si eso no es suficiente para que te interese leerla, hombrecillo de tierra, más vale que te pongas en franquía y navegues todo lo rápido que sepas, patán, porque te buscaré por todos los océanos y no pararé hasta encontrarte, beberme tu sangre y pasarte por la quilla. ¿Te has enterado, rata?

Pues avisados quedáis. Y si queréis saber mucho más sobre terminología marítima y pirata, podéis echar un vistazo al Diccionario pirata que preparó Rafael Estrada.

Y leer su novela, claro.

2 comentarios:

Sara Lew dijo...

Me ha parecido muy interesante la entrevista. En especial cuando habla el autor sobre su proceso creativo, sobre todo la frase "Dibujando me pierdo y escribiendo me encuentro", que suscribo totalmente. Y aunque hace muchos años que no leo este tipo de novela juvenil, me han entrado ganas de leer ese libro!
Un saludo.
Ah! Estupendo blog!

Zero Neuronas dijo...

Muchas gracias de mi parte, y supongo que también de la suya.
Saludos.