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viernes, febrero 19, 2010

Pizza de atún y anchoas

En mi época de estudiante (allá por los últimos ochenta y primeros noventa), salió al mercado una masa de pizza que te tenías que hacer tú mismo. Creo que era de Barilla, y consistía en un paquetito con harina, un molde de aluminio para pizza cuadrada, un medidor de agua y alguna cosa más que no recuerdo (tal vez también viniera el tomate, no así el queso porque no se vendía en frigorífico). Tú te hacías la masa y después ponías encima lo que quisieras. Era divertido, pero necesitabas tiempo y espacio.

Desde hace un tiempo, se venden en la zona de pasta fresca de los supermercados unas masas de pizzas frescas que vienen enrolladas y son una maravilla. Las hay más gruesas y más finas, más grandes y más pequeñas, redondas y cuadradas. Desde que las descubrí, no pruebo otro tipo de bases. Las congeladas no están mal (las bases, no las pizzas congeladas, que saben a plástico), pero éstas le dan mil vueltas.

Pues nada, vamos allá con la receta.

Se desenrolla con cuidado la pizza dejándola sobre su papel y se hacen diversos agujeros con un tenedor (eso viene explicado en el envase).

Antes (o ahora) hemos cortado una cebolla en juliana y un trozo de pimiento rojo en trocitos y hemos hecho un sofrito (como sé que hay lectores de este blog que no soportan el pimiento, basta con no considerarlo siquiera).

Con el sofrito apartado para que se enfríe un poco, cubrimos la base de pizza con tomate natural triturado y sobre él echamos queso rallado especial para pizza. Si no lo encontráramos, se puede sustituir por cualquier queso o incluso por queso en lonchas. De todas formas, cuando yo he usado queso en lonchas, prefiero hacerlo al revés, primero pongo los tranchetes o similares, y después el tomate. Manías.

Sobre esta base, añadimos el sofrito anterior.

Y ahora, añadimos el resto de los ingredientes. En mi caso puse: una lata de anchoas, una lata de atún desmenuzada, aceitunas negras sin hueso, alcaparras y el toque de orégano cubriéndolo todo. Se puede añadir algo de sal, pero no mucha, que las anchoas ya son saladas. A otras pizzas, yo añado además un chorrito de aceite de oliva por encima, pero aquí el sofrito, las anchoas y el atún ya sueltan demasiado.

Mientras haciamos todo esto, hemos precalentado el horno a 180 ó 190 grados. Y ahora metemos la pizza en la zona media del horno. Esperamos entre veinte y veinticinco minutos y... lista para comer.

1 comentario:

4M dijo...

Adoro que tengas en cuenta a los que no nos gusta el pimiento.¿Ves como eres de lo más atento que hay? Si no hay más remedio que quererte, Antonio.