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lunes, octubre 21, 2013

Fuga de cerebros

Como decía el sábado, hacía mucho tiempo que no escribía en este blog pero creo que el asunto que voy a tratar merece un post.
Todos los guionistas sabemos que a veces tenemos que enfrentarnos a productores ejecutivos, responsables de cadena o responsables en general que se preocupan más de cuidar su sillón que de si la trama funciona o no. Eso, para ellos es lo de menos.

Pero no voy a hablar de eso. Voy a hablar de otros responsables. Ahora que hay crisis, los guionistas tenemos que ingeniárnoslas para subsistir. No hablo sólo de pedir prestado a familiares y amigos, ni de dejar de comprar en el supermercado del Corte Inglés y pasar al Lidl. Hablo de coger trabajos con menos lustre. Incluso dentro del guión. 

Ya sabéis que varios compañeros fundamos la sociedad Primera Versión. Actualmente somos cinco guionistas que seguimos pergeñando ideas y llamando a todas las puertas posibles. Entre ellas a las de las empresas.

Hace poco hicimos varios guiones para Ayuda en Acción, para unas piezas que están emitiendo actualmente en Boing. Ahí sólo nos encargamos del guión.

Pero hace menos nos llamaron de un organismo público (no voy a citar cuál, por eso de que dice el pecado, pero no el pecador) para encargarnos un vídeo de un minuto para ponerlo como inicio en un congreso. El presupuesto estaba cerrado: 6000 euros. No, no por el guión. Seis mil euros por el vídeo, por todo: guión, grabación (con su correspondiente sonido, iluminación, cámaras, equipo técnico…), sonorización, edición y todos los “on” que se os ocurran.

Contactamos con Atmósfera (como suele decirse, una productora amiga) y fuimos a una reunión con los responsables del organismo a ver qué tenían que decir. Era poco dinero, pero si nos ajustábamos y podíamos sacar unas perrillas, buenas eran.

En la reunión se habla de tal, cual o pascual y quedamos en enviarles algunas propuestas de lo que podemos hacer con ese dinero. Nos reunimos, pensamos varias, descartamos algunas por contenido y otras porque se iban de presupuesto y como corría muchísima prisa presentamos cuatro propuestas al día siguiente de la reunión.

Y lo surrealista del asunto llega entonces. La señora responsable del organismo llama por teléfono a uno de nosotros con muy malas maneras y falta de educación para decir que le horrorizan todas las propuestas, que son deprimentes y poco elegantes. No pareció entender que precisamente eran propuestas para ver si era por ahí por donde había que tirar o por otro sitio. Pero bueno, maleducados hay en todas partes, lo malo es que como si lo tuviera pensado desde antes de la reunión pero se lo hubiera guardado, dice que lo que quieren es un vídeo con cuatro famosos saliendo de su logotipo y hablando sobre el asunto que se trata. Y cita a los famosos que quiere: Plácido Domingo, Vargas Llosa, Moneo…

La persona de Primera Versión le pregunta si ya han contactado con ellos y dice que no, que “para eso ya cobráis vosotros”.

Y encima amenaza con que si no sabíamos hacerlo, pues que llamarían a otros que supieran.
Obviamente, le dijimos que adelante, que renunciábamos, que llamara a otros. Nosotros por 6000 euros podemos prostituirnos, pero sólo hasta cierto punto. Eso sí, nosotros respondimos con elegancia y educación, cosas de la que carecía la señora. Dudo que cualquiera de los famosos citados se digne a decir media frase por el doble de ese dinero, y no está la cosa para andar poniendo miles de euros del bolsillo para trabajar.

Aunque todo llegará.

Qué país.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

hombre!!! Me alegro que vuelva a haber actividad por aquí.

Anónimo dijo...

Respecto a este post... pues que te voy a contar. Que hay mucho individuo ocupando cargos públicos y que no valen ni para estar escondidos. Obviamente, han de estar recogidos ahí porque en la empresa privada durarían 2 telediarios.

Anónimo dijo...

Por fin un español que planta cara a explotadores, estoy tan sorprendido que no me extrañaría que fueras de otro país, ya que aquí faltan huevos. Saludos.

Zero Neuronas dijo...

Bueno, realmente no ha sido plantar cara. Es que aceptar el trabajo hubiera significado literalmente perder dinero. ¿Quién va a aceptar algo así?