Recuerdo que la primera película que vi en versión original subtitulada fue La Kermesse Heroica, una comedia sobre los españoles en Flandes. La pusieron en la tele un viernes noche por la Segunda Cadena (lo que ahora es La 2) en La Clave. Me planté yo solito ante la tele y me la tragué hipnotizado por la historia y sin importarme tener que leer.

Al momento me atrapó su naturalidad. Me sentía como un voyeur escondido tras una esquina, tras unos arbustos, tras las cortinas. Me sentía un espectador privilegiado que podía asistir a historias reales con diálogos que parecían improvisados aunque estuvieran cargados de reflexiones filosóficas o vitales. No me importaba que no hubiera tiros, ni persecuciones, ni giros imposibles en las tramas (aunque alguno sí había, tampoco nos engañemos). A mí aquellas películas me engancharon.
Y caí rendido a Eric Rohmer para siempre, porque los amores de juventud son los que siempre se recuerdan con más cariño.
Descanse en paz.
1 comentario:
¡Qué enrollaos en la Diputación Provincial de Sevilla! Menudos ciclos...¡Qué tiempos aquellos! No soy muy Rohmeriana si consideramos que he visto poco de él ; sin embargo lo que he visto me ha gustado mucho. Las he visto más bien modernas, y a pesar de todo siempre parecía fresco y joven.
Ah y prefiero siempre la versión original, pero en el caso de las peliculas francesas en las que se habla mucho , me parece completamente indispensable.
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