Es un truco tan viejo como la cocina, pero por si acaso hay alguien que aún no lo conoce, voy a contar el viejo modo para conseguir pelar un tomate para que salga apenas la piel, sin nada de pulpa, y sin esfuerzo. La cosa es tan sencilla como poner un cazo con agua al fuego. Cuando esté hirviendo, se mete el tomate con una cuchara apenas un par de segundos y se saca. Ahora hacemos un corte en el tomate y empezamos a tirar de la piel, veréis cómo se desprende casi por sí sola.
En la página Miafrodita recomiendan meterlos unos minutos en agua caliente, pero yo creo que con unos segundos en agua hirviendo es igual de efectivo, y más rápido, claro.
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4 comentarios:
gracias
siempre va bien saberlo...
Acabo de llamar a los bomberos, madre mía la que he liado. :S
Bueno, bueno, al final todo ha quedado en un pequeño susto y una multa de 50€, podría haber sido peor.
La piel se come.
Saludos, Pilar de LOra (www.patinesdelana.blogspot.com)
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