Una manera muy rica y sencilla de preparar una ensalada es la siguiente. Se coge un cogollo de lechuga y se separan las hojas. Se lava todo bien y se pone a escurrir.
Una vez lavadas y escurridas, ponemos las hojas en una fuente plana y las salamos, pero no mucho.
En una sartén echamos un buen chorro de aceite de oliva virgen (a más bueno el aceite, mejor sabrá la ensalada) con dos o tres dientes de ajos en láminas. Cuando están casi hechos, añadimos jamón cortado en taquitos pequeños y damos una vueltecita a todo.
Y ya está, ahora echamos por encima de las hojas este sofrito y a comer. Se puede comer así, con el jamón aún caliente o esperar y comerlo templadito. Es rápido de hacer y de buen sabor.
Y como siempre digo, esto es sólo una base sobre la que buscar variantes. Yo el otro día no tenía jamón en casa e hice lo mismo con taquitos de fiambre de pavo.
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