Una buena dormida, una buena ducha, una buena comida, una buena siesta, y de nuevo al Parque Ferial. Como uno ya no tiene edad para aguantar todo el día, el sábado llegué a las seis de la tarde, esta vez sí en coche.
Mientras entrábamos escuchábamos de fondo a Athom Rumba, pero fuimos directos al escenario Verde para ver a lo que antes se llamaba Sugarless y ahora Sugarless Planet, por eso de los cambios de formación. Ya los había visto en el Festimad y en un conciertito en Callao, y la verdad es que tienen un buenísimo directo. El rasta que canta anima el cotarro aunque en el cotarro no haya mucha gente (cosas de la hora). Y terminó el concierto con un golpe de efecto: se tiró encima del público y coreó aquello de "pollo al ajillo" en volandas sobre sus seguidores. De todas formas, yo tengo una teoría sobre este grupo. Yo creo que la música es lo de menos. Esta formación es una excusa de marketing para vender camisetas (y que conste que el diseño me gusta). Al menos nunca había visto a un grupo (no tan conocido, al fin y al cabo) con tanta variedad de camisetas en el mercado. Incluso he estado en festivales (El Espárrago 2002) en que el grupo no tocaba pero había un chiringuito vendiendo sus camisetas. Oye, que la cosa no es mala, simplemente curiosa.
Después, al escenario grande a ver La Habitación Roja. La verdad es que fue más un momento de charla con una cerveza y música de fondo que asistir a un concierto, pero fue agradable.
Si mi memoria no me falla, llegó entonces el concierto de The Sunday Drivers. Aquí menos que nunca podría ser objetivo. Me gusta bastante este grupo y tengo sus dos discos, así que disfruté con el pop inglés de estos toledanos. Muy buena la voz del cantante.
Quedaba poco para cumplir con una de mis asignaturas pendientes.
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