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viernes, septiembre 09, 2005

El caserío


Figurantes de lujo

En mi contrato hay una "cláusula de confidencialidad", por la que me obligo a no desvelar nada sobre las tramas de Hospital Central ni sobre ningún otro producto de la productora. Esa cláusula me impide explayarme como es debido en estas crónicas. Pero tal vez sea mejor así, no queda mucho para que se emita el capítulo de Guatemala, ¿para qué estropearlo con cualquier tipo de insinuación o adelanto?

Al segundo día, fuimos al Caserío Xexac, un colegio donde los chavales indígenas de la zona reciben educación, normas de aseo y una comida diaria. Nos encontramos con unos niños encantadores, dispuestos a colaborar en todas y cada una de las cosas que se le pedían y con unos ojos abiertos como platos a todo nuevo que estaban viendo. Varios de ellos alucinaban con el pelo "rasta" de uno de mis compañeros. Lo tocaban como si no dieran crédito a lo que sus ojos veían. Pronto bautizaron a este compañero como "León" o "Leonardo".

La grabación transcurrió sin mayores incidentes que algún leve imprevisto. Mientras grabábamos, unos chavales jugaban al fútbol en la pradera colindante con el caserío.

Un partidito

Su asombro también era mayúsculo cuando los grabábamos y les enseñábamos sus propias caras en la pantalla de la cámara. Esa fascinación por la imagen les hacía arremolinarse alrededor del monitor en el que seguíamos la grabación, queriendo ver la realidad a través de unos ojos nuevos.

Curioseando el combo

En fin, que fueron dos días inolvidables, rodeados de unos niños que tenían mucho que enseñarnos. Y eso sí, por la tarde, nos visitaban sin perdón las lluvias torrenciales.

Llegan las lluvias

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