Recuerdo que cuando era un adolescente podía ver una película clásica sin que me rechinaran los dientes. Y no por ser cinéfilo ni otra enfermedad rara, simplemente es que había películas "clásicas" que eran muy entretenidas. A la gente de mi edad, le pasaba lo mismo. Uno podía tragarse una película de Alfred Hitchock, un thriller en blanco y negro, un western de los sesenta o una película sobre vainas extraterrestres de los cincuenta con la misma emoción que cualquier película de estreno.
Pero no sé qué pasa hoy en día (será que me hago más viejo de lo que creo ser), que a los jóvenes hay que hacerle versiones nuevas de todo lo que tenga más de diez años. Como si las películas tuvieran fecha de caducidad. Por suerte, creo que la moda de colorear los clásicos en blanco y negro fue olvidándose poco a poco, pero por desgracia, si lo hizo fue porque parece que a nadie le interesa ver películas antiguas, ni en blanco y negro ni coloreadas.
Para colmo hoy me he enterado de que van a hacer un remake de Karate Kid, una película que tiene ya la friolera edad de veintiseis años. ¿Los jóvenes de hoy no son capaces de ver la original sin aburrirse? No me lo creo.
Una amiga, profesora, me contaba que los chicos (edad E.S.O) alucinaron cuando les puso El mago de Oz, la versión del 39 de Victor Fleming. Al principio protestaron (precisamente porque la película comienza en blanco y negro), pero después se quedaron boquiabiertos toda la proyección.
Me parece a mí que el problema no está en los espectadores, está en la industria.
O eso quiero creer.
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5 comentarios:
A este ritmo, James Cameron se va a pasar más tiempo rodando una película que lo que tardarán en hacer el remake.
O se pondrá a hacer directamente el remake de su película inédita.
El problema es que hay poca sesera y la imaginación brilla por su ausencia...
Un saludo
Quique
Como Terry Gilliam, que está haciendo el remake de su Quijote.
Es que Terry Gilliam siempre ha sido un visionario. En él, no tiene mérito.
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