Hace ya una semana que propuse el concurso para premiar a los lectores de El caso del hada falsamente ahogada. A estas alturas sólo he recibido un par de respuestas y algo descaminadas, por lo que me ha dado por pensar que la pregunta no era tan fácil. Os recuerdo que dicha pregunta era:
- ¿Qué hay mal ubicado en el mapa de Sidhión?
No es tan fácil sobre todo porque no es un error demasiado evidente y quien haya leído el libro no se habrá dado cuenta. Además, no creo que nadie tenga ganas de releerlo todo solamente para encontrar el "fallo" del mapa. Y quien no la haya leído aún, no va a hacerlo tan pendiente de este detalle que se despreocupe de la trama.
Por eso, voy a dar una importante pista. Quien tenga el libro en su poder podrá responder ahora muy fácilmente. La respuesta a la pregunta está en el primer párrafo de uno de los capítulos. Por eso sólo tenéis que ir leyendo los primeros párrafos de cada capítulo hasta que os deis cuenta de lo que digo. Es más, no tendréis que leer demasiados primeros párrafos.
Pues nada, a vuestros libros, que una camiseta como esta busca ganador (o ganadora).
Y recordad que el plazo para participar termina el 13 de Octubre.
Coñe, que se me olvidó: la dirección a la que tenéis que enviar la respuesta es concursohada@hotmail.es. ¡Suerte!
lunes, septiembre 19, 2011
miércoles, septiembre 14, 2011
Entrevista a Alejandro Frías (autor de "Alejandro y la pesadilla de Senoi")
Hace poco conté que había aparecido en el mercado la novela Alejandro y la pesadilla de Senoi.
Terminé la novela poco después de publicar aquella entrada, porque, tanto como de fantasía, es una novela de aventuras en su sentido más clásico, y su lectura resulta muy amena. En lugar de hacer una crítica de la obra, he decidido que ya que tengo acceso al autor, lo mejor es hacerle una pequeña entrevista. Aquí va lo que hemos dialogado Alejandro y yo.
He contado muchas veces que la idea de mi novela “El caso del hada falsamente ahogada” me vino en un trayecto de tren. En tu caso, ¿hay un momento concreto en que naciera “Alejandro y la pesadilla de Senoi”?
No recuerdo cómo me vino la idea. Pero creo que es algo que estaba en mi subconsciente. A ver si soy capaz de explicarlo: Soy un tipo inquieto y nervioso, por lo que a menudo me cuesta conciliar el sueño, no necesariamente a causa de un problema, puede ser por cualquier nimiedad. Cuando me canso de dar vueltas en la cama y me es imposible dormir, mi forma de relajarme es dejar la mente en blanco y que mi imaginación campe por ella a su libre albedrío. De esa forma, hay un momento en que alguna imagen, unas veces más nítida que otras, ocupa mi mente. Es como si estuviese en un estado entre la vigilia y el sueño, como si esa imagen perteneciese a un sueño al que mi mente aún no se ha abandonado por completo. Como si en ese momento estuviera cruzando la puerta que separa ambos ‘mundos’, ya que inmediatamente después de tener esa imagen en mi cabeza me quedo dormido.
No sé si a alguien más le ocurre esto y seguro que a muchos les sonará a fantasía, pero a mí me ocurre, y creo que de esas experiencias nace la idea de la brújula y el manantial del fluido de la imaginacion.
Has comentado alguna vez que esta novela fue antes un guión de cine, y se nota por el ritmo de la aventura, que no deja descansar al lector. Cómo guionista me interesa mucho saber cómo afrontaste esta adaptación “a la inversa”. De guión a novela. ¿Seguiste algún método?
Así comenzaba el guión de ‘Alejandro...’ El resto de esa secuencia eran diálogos entre Alejandro y su madre. La novela es bastante fiel a lo que era el guión original. Lo único que hice fue eliminar algunos personajes, como por ejemplo el abuelo bombero de Alejandro que sí aparecía en el guión, e intentar explicar con palabras lo que el director –supongo que es tarea del director- hubiera tenido que hacer por medio de imágenes. Al fin y al cabo, creo que la literatura es sólo eso: describir las imágenes con palabras, encontrar las palabras adecuadas para que el lector pueda ver lo mismo que tú estás viendo cuando lo escribes. Que lo consigas o no, supongo que depende de tu habilidad para hacerlo, lo que suele llamarse ‘calidad literaria’.
Como ya se sugiere en el título, tu novela se basa en el mundo de los sueños. ¿Soñaste mucho con tus personajes mientras estabas inmerso en el proceso creativo?
La verdad es que no. La mayoría de las cosas que ocurren en la novela fueron surgiendo conforme iba escribiendo. A excepción de alguna idea que me venía espontáneamente y que no correspondía a ese momento de la narración. En ese caso, las aparcaba y las utilizaba más adelante si encajaban en la historia, o las desechaba definitivamente si no lo hacían.
A mí la novela me ha recordado a menudo los mundos creados por Michael Ende, sobre todo el mundo inquietante de Momo. ¿Es una influencia para ti? ¿Tienes otras influencias claras?
Nunca llegué a leer ‘Momo’, pero después de tu comentario quizá lo haga, para comprobar por mi mismo esas reminiscencias. De Michael Ende sólo leí ‘La historia interminable’ pero no sabría decirte si hay una influencia de esa novela en ‘Alejandro y la pesadilla de Senoi’. Y confieso además que apenas he leído novelas de ese género. Supongo que todo lo que lees deja su poso en tu subconsciente y que algo de ello consigue luego aflorar en tu trabajo, pero creo que al final uno siempre le es fiel a su propio estilo.
Los dos compartimos una editorial pequeña y sabemos lo difícil que es la promoción. ¿Cómo lo llevas?
Pues como mi novela lleva poco tiempo en el mercado, igual que la tuya, me mantengo un poco a la expectativa y sin dejar de tener los pies en el suelo, más confiando en el ‘boca a boca’ que en otra cosa, ya que a los grandes medios publicitarios los veo bastante inalcanzables; aunque sin dejar de albergar la ilusión de que un día salte la liebre y se hagan eco de tu trabajo.
¿Es fácil conseguir un ejemplar de “Alejandro y la pesadilla de Senoi? ¿Dónde se puede comprar?
En ese sentido, reconozco que no puedo quejarme, ya que puede adquirirse en las principales grandes superficies como Fnac, Casa del Libro y El Corte Inglés, además de algunas otras librerías de cualquier punto de la geografía española. También puede adquirirse on line en las tiendas que he citado, tanto en las grandes como en las pequeñas, lo que permite que su adquisición sea relativamente fácil.
¿Te está llegando respuesta de los lectores?
No demasiada, la verdad. De momento, supongo que la única forma de estar en contacto con ellos es a través de facebook y aunque hoy en día mucha gente forma parte de esa red social, no me han llegado muchos comentarios, cosa que entiendo. Yo hace unos meses leí ‘Los pilares de la tierra’, por poner un ejemplo, y cuando terminé de hacerlo no tuve ningún interés en buscar el perfil de Ken Follet para decirle ‘oye me ha gustado mucho’ o ‘no me ha gustado nada’. La mayoría de la gente lee un libro y se guarda su opinión, o si acaso lo comenta con las personas cercanas.
Para terminar, te dejo un espacio para la promoción. ¿Por qué recomiendas tu novela?
Yo le recomiendo mi novela a todo aquel que quiera sumergirse en una historia entretenida, de ésas que tras la lectura de un capítulo no quieres esperar para saber qué ocurrirá después. Creo que tiene bastante de divertida y también algo de quijotesca, sin otra pretensión que la que nos proporciona el placer de la lectura. Quien quiera buscarle tres pies al gato que se compre un libro de física cuántica.
Muchas gracias, Alejandro, y mucha suerte con esta historia de crecimiento, aventura, fantasía y amistad que tanto me entretuvo cuando la leí.
Muchas gracias a ti, Antonio. Desde aquí quiero desearte también el mayor de los éxitos con ‘El caso del hada falsamente ahogada’ y recomendársela también a todos los amantes de la aventura y el entretenimiento.
Terminé la novela poco después de publicar aquella entrada, porque, tanto como de fantasía, es una novela de aventuras en su sentido más clásico, y su lectura resulta muy amena. En lugar de hacer una crítica de la obra, he decidido que ya que tengo acceso al autor, lo mejor es hacerle una pequeña entrevista. Aquí va lo que hemos dialogado Alejandro y yo.
He contado muchas veces que la idea de mi novela “El caso del hada falsamente ahogada” me vino en un trayecto de tren. En tu caso, ¿hay un momento concreto en que naciera “Alejandro y la pesadilla de Senoi”?
No recuerdo cómo me vino la idea. Pero creo que es algo que estaba en mi subconsciente. A ver si soy capaz de explicarlo: Soy un tipo inquieto y nervioso, por lo que a menudo me cuesta conciliar el sueño, no necesariamente a causa de un problema, puede ser por cualquier nimiedad. Cuando me canso de dar vueltas en la cama y me es imposible dormir, mi forma de relajarme es dejar la mente en blanco y que mi imaginación campe por ella a su libre albedrío. De esa forma, hay un momento en que alguna imagen, unas veces más nítida que otras, ocupa mi mente. Es como si estuviese en un estado entre la vigilia y el sueño, como si esa imagen perteneciese a un sueño al que mi mente aún no se ha abandonado por completo. Como si en ese momento estuviera cruzando la puerta que separa ambos ‘mundos’, ya que inmediatamente después de tener esa imagen en mi cabeza me quedo dormido.
No sé si a alguien más le ocurre esto y seguro que a muchos les sonará a fantasía, pero a mí me ocurre, y creo que de esas experiencias nace la idea de la brújula y el manantial del fluido de la imaginacion.
Has comentado alguna vez que esta novela fue antes un guión de cine, y se nota por el ritmo de la aventura, que no deja descansar al lector. Cómo guionista me interesa mucho saber cómo afrontaste esta adaptación “a la inversa”. De guión a novela. ¿Seguiste algún método?
Todo está negro y sólo se oye una voz de niño pidiendo socorro.
VOZ: -¡Socorro! ¡Que alguien me ayude!
De repente, en medio de esa oscuridad, vemos una boca gigantesca con tres hileras de dientes muy afilados, mientras seguimos oyendo esa voz de niño que, aterrorizado, continúa pidiendo auxilio. Y oímos también, procedente de otro lugar, una voz de mujer.
Así comenzaba el guión de ‘Alejandro...’ El resto de esa secuencia eran diálogos entre Alejandro y su madre. La novela es bastante fiel a lo que era el guión original. Lo único que hice fue eliminar algunos personajes, como por ejemplo el abuelo bombero de Alejandro que sí aparecía en el guión, e intentar explicar con palabras lo que el director –supongo que es tarea del director- hubiera tenido que hacer por medio de imágenes. Al fin y al cabo, creo que la literatura es sólo eso: describir las imágenes con palabras, encontrar las palabras adecuadas para que el lector pueda ver lo mismo que tú estás viendo cuando lo escribes. Que lo consigas o no, supongo que depende de tu habilidad para hacerlo, lo que suele llamarse ‘calidad literaria’.
Como ya se sugiere en el título, tu novela se basa en el mundo de los sueños. ¿Soñaste mucho con tus personajes mientras estabas inmerso en el proceso creativo?
La verdad es que no. La mayoría de las cosas que ocurren en la novela fueron surgiendo conforme iba escribiendo. A excepción de alguna idea que me venía espontáneamente y que no correspondía a ese momento de la narración. En ese caso, las aparcaba y las utilizaba más adelante si encajaban en la historia, o las desechaba definitivamente si no lo hacían.
A mí la novela me ha recordado a menudo los mundos creados por Michael Ende, sobre todo el mundo inquietante de Momo. ¿Es una influencia para ti? ¿Tienes otras influencias claras?
Nunca llegué a leer ‘Momo’, pero después de tu comentario quizá lo haga, para comprobar por mi mismo esas reminiscencias. De Michael Ende sólo leí ‘La historia interminable’ pero no sabría decirte si hay una influencia de esa novela en ‘Alejandro y la pesadilla de Senoi’. Y confieso además que apenas he leído novelas de ese género. Supongo que todo lo que lees deja su poso en tu subconsciente y que algo de ello consigue luego aflorar en tu trabajo, pero creo que al final uno siempre le es fiel a su propio estilo.
Los dos compartimos una editorial pequeña y sabemos lo difícil que es la promoción. ¿Cómo lo llevas?
Pues como mi novela lleva poco tiempo en el mercado, igual que la tuya, me mantengo un poco a la expectativa y sin dejar de tener los pies en el suelo, más confiando en el ‘boca a boca’ que en otra cosa, ya que a los grandes medios publicitarios los veo bastante inalcanzables; aunque sin dejar de albergar la ilusión de que un día salte la liebre y se hagan eco de tu trabajo.
¿Es fácil conseguir un ejemplar de “Alejandro y la pesadilla de Senoi? ¿Dónde se puede comprar?
En ese sentido, reconozco que no puedo quejarme, ya que puede adquirirse en las principales grandes superficies como Fnac, Casa del Libro y El Corte Inglés, además de algunas otras librerías de cualquier punto de la geografía española. También puede adquirirse on line en las tiendas que he citado, tanto en las grandes como en las pequeñas, lo que permite que su adquisición sea relativamente fácil.
¿Te está llegando respuesta de los lectores?
No demasiada, la verdad. De momento, supongo que la única forma de estar en contacto con ellos es a través de facebook y aunque hoy en día mucha gente forma parte de esa red social, no me han llegado muchos comentarios, cosa que entiendo. Yo hace unos meses leí ‘Los pilares de la tierra’, por poner un ejemplo, y cuando terminé de hacerlo no tuve ningún interés en buscar el perfil de Ken Follet para decirle ‘oye me ha gustado mucho’ o ‘no me ha gustado nada’. La mayoría de la gente lee un libro y se guarda su opinión, o si acaso lo comenta con las personas cercanas.
Para terminar, te dejo un espacio para la promoción. ¿Por qué recomiendas tu novela?
Yo le recomiendo mi novela a todo aquel que quiera sumergirse en una historia entretenida, de ésas que tras la lectura de un capítulo no quieres esperar para saber qué ocurrirá después. Creo que tiene bastante de divertida y también algo de quijotesca, sin otra pretensión que la que nos proporciona el placer de la lectura. Quien quiera buscarle tres pies al gato que se compre un libro de física cuántica.
Muchas gracias, Alejandro, y mucha suerte con esta historia de crecimiento, aventura, fantasía y amistad que tanto me entretuvo cuando la leí.
Muchas gracias a ti, Antonio. Desde aquí quiero desearte también el mayor de los éxitos con ‘El caso del hada falsamente ahogada’ y recomendársela también a todos los amantes de la aventura y el entretenimiento.
lunes, septiembre 12, 2011
Concurso El caso del hada falsamente ahogada
Ya estamos en septiembre. Comienza un nuevo "curso". La gente que tiene trabajo vuelve a él tras las vacaciones, los horarios se normalizan. Los días se hacen cada vez más cortos... ¡y ya habéis tenido tiempo para leer mi novela!
Para aquellos que la hayáis leído, os voy a proponer un concurso. Tenéis que responder a una sencilla pregunta, o puede que no sea tan sencilla.
En el mapa de Sidhión que aparece al inicio del libro hay un fallo de ubicación importante. El error no se debió al dibujante, sino a que yo me equivoqué y le di mal las indicaciones. El caso es que quiero que me respondáis a esto: ¿qué hay mal ubicado en el mapa de Sidhión?
Entre todos los correos con la respuesta correcta sortearé una camiseta igual a ésta:
Podéis enviar vuestras respuestas a concursohada@hotmail.es
Y tenéis de plazo hasta el próximo 13 de Octubre, fecha en que daré la respuesta. Así que si aún no habéis leído El caso del hada falsamente ahogada, aún estáis a tiempo de hacerlo y participar.
¡Ánimo!
ACTUALIZACIÓN: En un post reciente encontraréis una importante pista para responder y ganar la camiseta.
Para aquellos que la hayáis leído, os voy a proponer un concurso. Tenéis que responder a una sencilla pregunta, o puede que no sea tan sencilla.
En el mapa de Sidhión que aparece al inicio del libro hay un fallo de ubicación importante. El error no se debió al dibujante, sino a que yo me equivoqué y le di mal las indicaciones. El caso es que quiero que me respondáis a esto: ¿qué hay mal ubicado en el mapa de Sidhión?
Entre todos los correos con la respuesta correcta sortearé una camiseta igual a ésta:
Podéis enviar vuestras respuestas a concursohada@hotmail.es
Y tenéis de plazo hasta el próximo 13 de Octubre, fecha en que daré la respuesta. Así que si aún no habéis leído El caso del hada falsamente ahogada, aún estáis a tiempo de hacerlo y participar.
¡Ánimo!
ACTUALIZACIÓN: En un post reciente encontraréis una importante pista para responder y ganar la camiseta.
domingo, septiembre 11, 2011
Arroz para padres
No están las cosas para andar tirando comida. Por eso, cuando ayer me sobró un poco del puré de pescado y verduras que habíamos preparado para nuestra hija (bastante pero no lo suficiente como para constituir otra comida para ella), me dije que era una pena tirarlo y me pregunté: "¿Lo podré usar para algo?.
Hoy mismo me he dado respuesta. He preparado un arroz con chirlas, calamares y gambas, y me he atrevido a echar las sobras del puré al sofrito. El caso es que ha quedado una base más espesita, con más sabor, y el arroz tiene un toque diferente y muy gustoso.
No os digo que preparéis un puré infantil antes de hacer un arroz, pero si sois padres y os sobra, ya tenéis un truco para darle salida.
Aquí está la foto del sofrito.
Y aquí la foto del arroz ya sobre la mesa a punto de ser consumido:
Hoy mismo me he dado respuesta. He preparado un arroz con chirlas, calamares y gambas, y me he atrevido a echar las sobras del puré al sofrito. El caso es que ha quedado una base más espesita, con más sabor, y el arroz tiene un toque diferente y muy gustoso.
No os digo que preparéis un puré infantil antes de hacer un arroz, pero si sois padres y os sobra, ya tenéis un truco para darle salida.
Aquí está la foto del sofrito.
Y aquí la foto del arroz ya sobre la mesa a punto de ser consumido:
viernes, septiembre 09, 2011
Vergüenza de mujer
No se trata ya de una cuestión de ideología, ni de defensa de lo público frente a lo privado, es que cuando un político decide reírse de sus ciudadanos en toda su cara, pues uno se siente indignado, qué queréis que os diga.
Repito que no es cuestión de ideología. Cuando Zapatero negaba una crisis que todo el mundo veía, era un momento para la indignación (y la derecha lo demostraba).
Pero lo de Esperanza Aguirre clama al cielo, porque es de un cinismo y una prepotencia que no debe tolerarse. Ayer le preguntaron qué opinaba sobre los 3.000 profesores que fueron a la concentración contra sus recortes en educación. Ella contestó con una pregunta: ¿A usted le consta que eran profesores?. Según ella, se trataba de liberados sindicales. No sabía yo ni que eran tantos ni que Esperanza Aguirre los conociera a todos uno a uno.
Yo sí estuve en la concentración, y no, no soy profesor, pero mi mujer sí. Y fui con mi hija, que con trece meses de vida tampoco es profesora, pero esperemos que pueda llegar a estudiar con cierta calidad si seguimos en Madrid. Aunque si los planes de la librepensadora Espe se cumplen, la educación será un negocio más y mi pequeña Alicia sólo un número que puede darle o no beneficios.
Que la gestión de varias escuelas infantiles se la haya dado a empresas como EULEN, que se dedica a limpieza, seguridad o telemarketing, da idea de a dónde quiere dirigirse esta mujer.
Primero que si los profesores son unos vagos, para después decir que quien tiene boca se equivoca y pelillos a la mar (si eres político, las equivocaciones tendrían que tener un coste, porque juegas con la vida de mucha gente). Después que si me da igual lo que protesten porque yo paso de todo, y ahora esto de que los que estaban en la concentración no eran profesores porque ella los conoce. Como si los profesores estuvieran de acuerdo con su reforma y todo este jaleo fuera producto de los medios, de algún liberado sindical demoníaco y de un par de interinos vengativos.
¿De verdad la gente que la ha votado no siente vergüenza?
Repito que no es cuestión de ideología. Cuando Zapatero negaba una crisis que todo el mundo veía, era un momento para la indignación (y la derecha lo demostraba).
Pero lo de Esperanza Aguirre clama al cielo, porque es de un cinismo y una prepotencia que no debe tolerarse. Ayer le preguntaron qué opinaba sobre los 3.000 profesores que fueron a la concentración contra sus recortes en educación. Ella contestó con una pregunta: ¿A usted le consta que eran profesores?. Según ella, se trataba de liberados sindicales. No sabía yo ni que eran tantos ni que Esperanza Aguirre los conociera a todos uno a uno.
Yo sí estuve en la concentración, y no, no soy profesor, pero mi mujer sí. Y fui con mi hija, que con trece meses de vida tampoco es profesora, pero esperemos que pueda llegar a estudiar con cierta calidad si seguimos en Madrid. Aunque si los planes de la librepensadora Espe se cumplen, la educación será un negocio más y mi pequeña Alicia sólo un número que puede darle o no beneficios.
Que la gestión de varias escuelas infantiles se la haya dado a empresas como EULEN, que se dedica a limpieza, seguridad o telemarketing, da idea de a dónde quiere dirigirse esta mujer.
Primero que si los profesores son unos vagos, para después decir que quien tiene boca se equivoca y pelillos a la mar (si eres político, las equivocaciones tendrían que tener un coste, porque juegas con la vida de mucha gente). Después que si me da igual lo que protesten porque yo paso de todo, y ahora esto de que los que estaban en la concentración no eran profesores porque ella los conoce. Como si los profesores estuvieran de acuerdo con su reforma y todo este jaleo fuera producto de los medios, de algún liberado sindical demoníaco y de un par de interinos vengativos.
¿De verdad la gente que la ha votado no siente vergüenza?
lunes, septiembre 05, 2011
Risas en serie
Cuando miro para descubrir desde qué sitios visita la gente este blog, veo que hay muchísimas búsquedas de recetas en Google y mucha gente que quiere ver a Marta Torné desnuda. Pero hay otro enlace que se repite mucho, y es el de gente que entra a través de un comentario que dejé en una Blog de cine hace más de cinco años. Esta gente visita mi contribución a la lista de películas que me hicieron reír. Se trataba de un meme en que había que citar diez.
Como ya no voy apenas al cine, he decidido retomar hoy aquella idea con diez series que me han hecho reír. Hay muchas más, pero éstas son las diez que se me vienen a la cabeza en primer lugar, con lo que algo deben tener para mí:
Los Roper. La vi en mi tele en blanco y negro, siendo un renacuajo, y sí, me hacía reír. Puede que no comprendiera alguno de sus chistes, no lo niego, pero sí recuerdo que me encantaba verla e intentaba no perderme ni uno de sus capítulos (y creo que también vi Un hombre en casa, pero de eso tengo los recuerdos más difusos).
Enredo. Creo que la emitían rozando la madrugada. Y allí estaba yo, aguantando como un jabato y deseando que comenzara la cabecera con esa música inolvidable. Y cada vez que terminaba y cebaban el siguiente capítulo, me quedaba con ganas de más, siempre con ganas de más. Creo que con esta serie comencé a amar la televisión (pobre de mí).
Benny Hill. No se puede decir que fuera una serie, y creo que si la pusieran ahora, no me haría ninguna gracia. Pero en su día, ver correr a Benny Hill tras aquellas hermosas señoritas, o ver cómo daba collejas al viejo bajito era toda una gozada. En aquella época, ver el logo de la Thames Television me disparaba las endorfinas.
Cheers. ¿Qué decir de Cheers? De pronto aparece en televisión una serie con unos diálogos chispeantes, unos personajes que calan, unos latigillos (Noooorm) que se pegan, unos guiones muy trabajados. Y uno espera cada capítulo con ansia, se ríe y piensa que le gustaría ser capaz de escribir algo así. Mucho después también disfrute con su spin-off, Frasier. Otra tanda de risas aseguradas y de personajes para enmarcar.
Las cuatro anteriores fueron series de mi infancia y primera adolescencia, de los setenta o principio de los ochenta. Después vinieron otras que también me hicieron reír.
Deja la sangre correr. Esta serie australiana se emitió (creo recordar y así me lo confirma el Imdb) a principio de los 90, porque yo ya estaba en Madrid. Su estética naif, su humor grueso y su tono excesivamente paródico me cautivaron y me provocaron muchas carcajadas.
Mr. Bean. Otra que tampoco puede considerarse una serie propiamente dicha. Recuerdo que vi el primer capítulo (ese en que da un cabezazo a la Reina de Inglaterra) en clase, en la facultad (y si mi memoria no me falla fue Contreras el que nos lo puso, pero de eso no estoy seguro). Ese personaje solitario, egoísta, rastrero y entrañable me ha hecho reír muchas veces.
Seinfeld. Cuando los monólogos aún no se habían convertido en una horrible invasión, Seinfeld llegó con una manera un tanto diferente de hacer humor. Un personaje que parece interpretarse a sí mismo, que se rodea de sus supuestos amigos (inolvidable el genial Costanza) y que reflexiona en su espectáculo sobre cosas que hemos visto que le han ocurrido en su vida. Esta serie fue tema de conversación recurrente con algún amigo.
Malcolm. La descubrí de casualidad en Antena 3 un sábado por la mañana. Ponían aquella serie casi como relleno en un contenedor infantil-juvenil. Desde entonces, los sábados y domingos ponía Antena 3 esperando encontrarme de nuevo con esa familia peculiar. Aún sigo riéndome con su reposición en Boing. No entiendo por qué nunca pusieron esta serie de estreno en prime-time.
Makinavaja. Era fan declarado de los comics de Ivá. Tanto, que cuando quise hacer la tesis doctoral (que no hice nunca), el tema escogido fue su Makinavaja y cómo se había adaptado a todos los medios audiovisuales, del cómic al teatro, cine y televisión (y creo que también al videojuego). Pepe Rubianes le dio el punto justo a su Maki, y salían Mario Pardo, y Pedro Reyes, y Florinda Chico... Una gozada.
The Office. De las series recientes, me quedo sin duda con ésta, en su versión americana. Las carcajadas más sonoras de los últimos años me las han sacado Michael, Dwight y compañía.
Os preguntaréis por qué no cito Friends. También me hizo gracia, pero he de admitir que no he sido seguidor de esta serie. Vi capítulos sueltos, uno de aquí y otro de allá, y aunque me reía, no terminaba de creerme a esos casi treintañeros que se comportaban como quinceañeros. Raro que es uno.
Como ya no voy apenas al cine, he decidido retomar hoy aquella idea con diez series que me han hecho reír. Hay muchas más, pero éstas son las diez que se me vienen a la cabeza en primer lugar, con lo que algo deben tener para mí:
Los Roper. La vi en mi tele en blanco y negro, siendo un renacuajo, y sí, me hacía reír. Puede que no comprendiera alguno de sus chistes, no lo niego, pero sí recuerdo que me encantaba verla e intentaba no perderme ni uno de sus capítulos (y creo que también vi Un hombre en casa, pero de eso tengo los recuerdos más difusos).
Enredo. Creo que la emitían rozando la madrugada. Y allí estaba yo, aguantando como un jabato y deseando que comenzara la cabecera con esa música inolvidable. Y cada vez que terminaba y cebaban el siguiente capítulo, me quedaba con ganas de más, siempre con ganas de más. Creo que con esta serie comencé a amar la televisión (pobre de mí).
Benny Hill. No se puede decir que fuera una serie, y creo que si la pusieran ahora, no me haría ninguna gracia. Pero en su día, ver correr a Benny Hill tras aquellas hermosas señoritas, o ver cómo daba collejas al viejo bajito era toda una gozada. En aquella época, ver el logo de la Thames Television me disparaba las endorfinas.
Cheers. ¿Qué decir de Cheers? De pronto aparece en televisión una serie con unos diálogos chispeantes, unos personajes que calan, unos latigillos (Noooorm) que se pegan, unos guiones muy trabajados. Y uno espera cada capítulo con ansia, se ríe y piensa que le gustaría ser capaz de escribir algo así. Mucho después también disfrute con su spin-off, Frasier. Otra tanda de risas aseguradas y de personajes para enmarcar.
Las cuatro anteriores fueron series de mi infancia y primera adolescencia, de los setenta o principio de los ochenta. Después vinieron otras que también me hicieron reír.
Deja la sangre correr. Esta serie australiana se emitió (creo recordar y así me lo confirma el Imdb) a principio de los 90, porque yo ya estaba en Madrid. Su estética naif, su humor grueso y su tono excesivamente paródico me cautivaron y me provocaron muchas carcajadas.
Mr. Bean. Otra que tampoco puede considerarse una serie propiamente dicha. Recuerdo que vi el primer capítulo (ese en que da un cabezazo a la Reina de Inglaterra) en clase, en la facultad (y si mi memoria no me falla fue Contreras el que nos lo puso, pero de eso no estoy seguro). Ese personaje solitario, egoísta, rastrero y entrañable me ha hecho reír muchas veces.
Seinfeld. Cuando los monólogos aún no se habían convertido en una horrible invasión, Seinfeld llegó con una manera un tanto diferente de hacer humor. Un personaje que parece interpretarse a sí mismo, que se rodea de sus supuestos amigos (inolvidable el genial Costanza) y que reflexiona en su espectáculo sobre cosas que hemos visto que le han ocurrido en su vida. Esta serie fue tema de conversación recurrente con algún amigo.
Malcolm. La descubrí de casualidad en Antena 3 un sábado por la mañana. Ponían aquella serie casi como relleno en un contenedor infantil-juvenil. Desde entonces, los sábados y domingos ponía Antena 3 esperando encontrarme de nuevo con esa familia peculiar. Aún sigo riéndome con su reposición en Boing. No entiendo por qué nunca pusieron esta serie de estreno en prime-time.
Makinavaja. Era fan declarado de los comics de Ivá. Tanto, que cuando quise hacer la tesis doctoral (que no hice nunca), el tema escogido fue su Makinavaja y cómo se había adaptado a todos los medios audiovisuales, del cómic al teatro, cine y televisión (y creo que también al videojuego). Pepe Rubianes le dio el punto justo a su Maki, y salían Mario Pardo, y Pedro Reyes, y Florinda Chico... Una gozada.
The Office. De las series recientes, me quedo sin duda con ésta, en su versión americana. Las carcajadas más sonoras de los últimos años me las han sacado Michael, Dwight y compañía.
Os preguntaréis por qué no cito Friends. También me hizo gracia, pero he de admitir que no he sido seguidor de esta serie. Vi capítulos sueltos, uno de aquí y otro de allá, y aunque me reía, no terminaba de creerme a esos casi treintañeros que se comportaban como quinceañeros. Raro que es uno.
viernes, septiembre 02, 2011
Aplazamiento
Os anuncié que el próximo lunes daba comienzo el curso Conflictos en la maleta, sobre la creación de personajes y conflictos.
Se iba a impartir en la plataforma Atrapavientos. Y ahí va a seguir. Sin embargo, por motivos burocráticos, se aplaza la fecha de comienzo. Del día 5 de Septiembre se pasa al 17 de Octubre.
Si no os habíais apuntado porque era verano y no os habíais enterado, porque dudábais o porque se os pasó por alto, ahora estáis a tiempo.
El curso cuesta 70 euros (más 30 de matrícula si aún no os habéis matriculado en otro curso de Atrapavientos), una nadería incluso en los tiempos que corren.
Para más información o para la matrícula, podéis escribir a: cursos@atrapavientos.es
Se iba a impartir en la plataforma Atrapavientos. Y ahí va a seguir. Sin embargo, por motivos burocráticos, se aplaza la fecha de comienzo. Del día 5 de Septiembre se pasa al 17 de Octubre.
Si no os habíais apuntado porque era verano y no os habíais enterado, porque dudábais o porque se os pasó por alto, ahora estáis a tiempo.
El curso cuesta 70 euros (más 30 de matrícula si aún no os habéis matriculado en otro curso de Atrapavientos), una nadería incluso en los tiempos que corren.
Para más información o para la matrícula, podéis escribir a: cursos@atrapavientos.es
jueves, septiembre 01, 2011
Seguimos con la enseñanza
No era broma. Hoy en el Telediario he visto a Esperanza Aguirre decir, más o menos: "Los profesores se quejan de tener que trabajar 20 horas, muchas menos que cualquier madrileño". La cara de esta señora tendría que estar en el diccionario ilustrado junto a "Demagogia", "Caradura", "Engaño" y muchas más palabras que me callo.
Con declaraciones así está claramente intentando poner a la gente contra los profesores, contra los profesionales que van a formar a nuestros hijos. El problema, como ya dije en el anterior post no es exclusivamente que tengan que dar dos horas más de clase. Pero es que, aunque fuera eso, dos horas más de clase no son dos horas más de trabajo. En la empresa privada (que es la que le gusta a esta señora)la persona que da una conferencia de dos horas no cobra por esas dos horas, sino por todo lo que supone de preparación y de transmisión de conocimientos. Y encima, todos sabemos que el profesor llega a casa y se lleva trabajo: exámenes, preparación de clases, actividades extraescolares... Y con estos nuevos recortes, ¿qué profesor va a querer hacer el esfuerzo de "pringar" en la preparación de alumnos para programas en el extranjero, o viajes, o cualquier actividad fuera del horario escolar? Si eso no es recortar en la prestación de un servicio, que venga Dios y lo vea.
Una amiga (real y de facebook)profesora ha colgado lo siguiente en su muro:
Lo curioso es que en todos los medios sólo se habla de esas dos horas de más y nadie (ni siquiera los sindicatos) parecen intentar explicar que hay muchos más problemas.
Y bueno, para terminar, pongamos una reflexión de un maestro del humor:
Con declaraciones así está claramente intentando poner a la gente contra los profesores, contra los profesionales que van a formar a nuestros hijos. El problema, como ya dije en el anterior post no es exclusivamente que tengan que dar dos horas más de clase. Pero es que, aunque fuera eso, dos horas más de clase no son dos horas más de trabajo. En la empresa privada (que es la que le gusta a esta señora)la persona que da una conferencia de dos horas no cobra por esas dos horas, sino por todo lo que supone de preparación y de transmisión de conocimientos. Y encima, todos sabemos que el profesor llega a casa y se lleva trabajo: exámenes, preparación de clases, actividades extraescolares... Y con estos nuevos recortes, ¿qué profesor va a querer hacer el esfuerzo de "pringar" en la preparación de alumnos para programas en el extranjero, o viajes, o cualquier actividad fuera del horario escolar? Si eso no es recortar en la prestación de un servicio, que venga Dios y lo vea.
Una amiga (real y de facebook)profesora ha colgado lo siguiente en su muro:
En el IES El Lago de 31 profesores/as pasan a 26. Las profas de Inglés y de Francés, tendrán que dar FOL (Formación y Orientación Laboral: contratos, nóminas, finiquitos, etc.). ¡Vivan los recortes de la Lucía Figar!!! Los alumn@s y familias también tienen que moviliarse ¡qué son los que más pierden!!!Eso es una información real, que sale del primer día laboral en este curso en un instituto real de Madrid.
Lo curioso es que en todos los medios sólo se habla de esas dos horas de más y nadie (ni siquiera los sindicatos) parecen intentar explicar que hay muchos más problemas.
Y bueno, para terminar, pongamos una reflexión de un maestro del humor:
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