No se trata ya de una cuestión de ideología, ni de defensa de lo público frente a lo privado, es que cuando un político decide reírse de sus ciudadanos en toda su cara, pues uno se siente indignado, qué queréis que os diga.
Repito que no es cuestión de ideología. Cuando Zapatero negaba una crisis que todo el mundo veía, era un momento para la indignación (y la derecha lo demostraba).
Pero lo de Esperanza Aguirre clama al cielo, porque es de un cinismo y una prepotencia que no debe tolerarse. Ayer le preguntaron qué opinaba sobre los 3.000 profesores que fueron a la concentración contra sus recortes en educación. Ella contestó con una pregunta: ¿A usted le consta que eran profesores?. Según ella, se trataba de liberados sindicales. No sabía yo ni que eran tantos ni que Esperanza Aguirre los conociera a todos uno a uno.
Yo sí estuve en la concentración, y no, no soy profesor, pero mi mujer sí. Y fui con mi hija, que con trece meses de vida tampoco es profesora, pero esperemos que pueda llegar a estudiar con cierta calidad si seguimos en Madrid. Aunque si los planes de la librepensadora Espe se cumplen, la educación será un negocio más y mi pequeña Alicia sólo un número que puede darle o no beneficios.
Que la gestión de varias escuelas infantiles se la haya dado a empresas como EULEN, que se dedica a limpieza, seguridad o telemarketing, da idea de a dónde quiere dirigirse esta mujer.
Primero que si los profesores son unos vagos, para después decir que quien tiene boca se equivoca y pelillos a la mar (si eres político, las equivocaciones tendrían que tener un coste, porque juegas con la vida de mucha gente). Después que si me da igual lo que protesten porque yo paso de todo, y ahora esto de que los que estaban en la concentración no eran profesores porque ella los conoce. Como si los profesores estuvieran de acuerdo con su reforma y todo este jaleo fuera producto de los medios, de algún liberado sindical demoníaco y de un par de interinos vengativos.
¿De verdad la gente que la ha votado no siente vergüenza?
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2 comentarios:
Pero ya ha intoxicado que es lo que quería, Antonio. Puede que ahora salga a rectificar como hizo con la carta de las faltas, que esa es otra, pero, ahora hay miles de personas que creen que hay miles de liberados sindicales que no dan palo al agua y que organizan manifestaciones. Es increíble pero hay gente que lo cree, y que la votan.
La "rectificación" del otro día me indignó sobremanera ,y esto ya ni te digo. Me hace pensar lo que te escribía otro día. Esperanza Aguirre piensa que tiene un cortijo habitado por millones de peones analfabetos (con disculpas hacia los peones analfabetos) que como en el siglo XIX no pueden quejarse de nada. El problema surge porque vivimos en el siglo XXI y la gente defiende sus derechos (bueno, de hecho en el XIX ya empezaron a defenderlos) como se le echan encima, entonces sale a decir donde "dije digo digo Diego". Quien dice el siglo XIX dice el Franquismo , da igual. Es como la policía dando palos impunemente sin darse cuenta de que existen teléfonos móviles con cámaras y que a los cinco minutos estará todo colgado en las redes sociales y no hay impunidad posible.
Yo vivo en un permanente cabreo desde hace días, como se puede comprobar y eso que ya no soy profesora de secundaria. Vivo en una permamenente estupor ante la falta de racionalidad y de vergüenza y de verdad, no lo entiendo, no lo entiendo...
Es de desprecio absoluto hacia los ciudadanos no sólo hacer lo que hace sino tomarnos por gilipollas con excusas como la de los duendes de la technicality y demás. Encima de cornudos, apaleaos...
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