Mientras la comida de hoy se prepara en el fuego, aprovecho para contaros un truco que utilizo a menudo en la cocina, y es el de tener agua enriquecida en el congelador. Me explico.
Si un día compro judías verdes y las hiervo para cocinarlas después no tiro el agua de la cocción, sino que la cuelo y la guardo en un bote de cristal que después congelo. Si un día voy a preparar, por ejemplo, lentejas, en lugar de añadir agua, descongelo el bote y le añado el contenido. La diferencia de sabor se nota.
Del mismo modo, si compro mejillones, los meto en una olla sin absolutamente nada de agua y ellos mismo sueltan todo su jugo. También cuelo este jugo y lo congelo. Para preparar arroces viene de maravilla.
Lo mismo se puede hacer con el agua de cocción de muchas verduras. O también se puede preparar un fumé con cabezas y cáscaras de gamba y guardarlo congelado.
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7 comentarios:
Eso de congelar el agua donde has hervido verduras, la verdad es que no lo sabía y nunca lo he hecho, pero lo del caldito de los mejillones si, que como tu dices, para arroces de marisco, o fideuá está muy bueno.
Pregunta tonta, ¿No pasa nada si metes algo de cristal en el congelador?
...Eso mismo estaba pensando yo, maitrix.
Que lo de los cubitos es de plástico.
...mientras no sea nada gaseoso, botes de vidrio se pueden meter en el congelador sin ningún problema.
Gracias, Carmen.
Yo suelo hacer esto que he contado muchas veces y sólo una vez se me rompió el bote. El truco es no llenarlo nunca hasta arriba, así cuando se congele y el líquido se expanda, pueda tener espacio para hacerlo. La vez que se me rompió había llenado el bote hasta el borde.
Muy buen truco, me lo apunto!
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