"Tras salir del hospital los recuerdos no están ya tan claros.
Yo vivía en un barrio humilde de mi pueblo: "la morería". Se hacía mucha vida en la calle. Los vecinos sacaban sus sillas a las puertas de las casas y se tiraban horas de tertulia. Los niños jugábamos por ahí sin mayor preocupación que volver a la hora de la comida.
Algo que sí recuerdo era la fascinación que me despertaba la televisión. En mi casa no teníamos aparato, pero había uno en casa de mi abuela. Cada vez que la visitaba (algo que hacía a menudo) me encantaba ver aquellas imágenes en blanco y negro. Pronto una de mis vecinas puso también un televisor en su casa. De vez en cuando acudía también allí a ver algo. Con la perspectiva de los años, no sé que me podía gustar tanto. Desde luego, no era la atracción de los colores, que aún no se podían ver, ni la programación infantil que no sé cuál era en el año 73 ó 74.
Y entonces, ocurrió. Yo volvía de algún sitio. Mi casa tenía un pasillo larguísimo. Entré, imagino que sudoroso y agitado tras estar jugando. Caminé por el pasillo y al pasar por el salón (sí, en mi casa no se entraba al salón, se pasaba por él) allí estaba ya, en el sitio que ocuparía hasta que nos mudáramos de casa. La tele.
Porque voy a confesar una cosa. Yo sí veo la tele".
Algún otro día copiaré otro.
2 comentarios:
TV is like a time machine that can only take you back but memory is a thing of wonder.When I was a child my family had a black & white tv and it wasn't until I was crawling into my teens that we could afford a color one. But another day I was watching Boomerang, an oldies channel, and even as I watched a repeat show, whether it was a cartoon or a serie (Get Smart and I Dream Of Jeannie as old faves) I could "remember" the colors I most certainly didn't see back then.Guess it's just the way it is.Memory gets the new info and just fills the cracks with it till you don't notice it wasn't there before.
¡¡Que ternura de niño!! Un beso, rey.
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